Los jardines del Partido Popular

Es una de las principales habilidades de los populares. Parecen empeñados en meterse en jardines en cuanto hay un atisbo de logro económico que pueda ser explotado de cara a la aceptación social.

Los éxitos en asuntos económicos de Mariano Rajoy y de su Gobierno, parecen gafados en cuanto a repercusión social se refiere. El éxito que supone la aprobación de los presupuestos, ha quedado –incluso antes de nacer- empañado por la dimisión (?) del fiscal anticorrupción.

La afición por meterse en jardines, y el gusto por salir de ellos de la peor forma posible, parece una especie de maldición genética del Partido Popular. Y, como esos jardines no siempre son externos, hay muchos que sospechan que la mano de Rajoy o no es tan larga o solamente lo es para algunos asuntos concretos.

Siempre que hay algún caso poco agradable en las filas populares se habla de eso que, eufemísticamente, se ha dado en llamar ‘fuego amigo’. No parece que sean tanto las baterías enemigas –que las hay y muy interesadas- como los disparos solapados de los de la misma línea de fuego. Pero vengan de donde vengan los tiros, lo cierto es que siempre hay blancos muy definidos sobre los que apuntar.

El último ha sido el desaguisado entre los fiscales de la cosa de la anticorrupción.

La verdad es que Manuel Moix no ha tenido un minuto de sosiego desde su toma de posesión y sea porque ha intentado poner orden donde no lo había o porque su gestión, aunque breve, no ha sido todo lo afortunada que se esperaba, la cosa no ha podido salir peor. El clavo ardiendo ha ido esta vez la empresa en Panamá y el chalet familiar. Es lo mismo, el jardín está servido.

Y a juzgar por la declaración -no demasiado afortunada- del fiscal general del Estado, al comunicar la dimisión de Moix, el jardín puede ser más amplio.

Hay quienes piensan que esos jardines vienen dados por la falta de ideología del Partido Popular. Lo cierto es que, salvo lo relacionado con la economía, en las filas populares hay diversidad de opiniones y opciones varias, de variadas familias con ideologías no siempre afines. La uniformidad que impone el poder de Rajoy es solamente de puertas para afuera y de puertas adentro, hay mucho malestar y mucha discrepancia soterrada.

Y los que parecen callar y asentir, a lo mejor son los que apuntan a los que tienen más cerca.

 
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