O truco o susto

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La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Proliferan las noticias catastróficas y alarmante, absurdas, vacías de contenido y mucho más de credibilidad, que hacen sospechar que responden a intereses desconocidos o a propósitos sociológicos para tener a la ciudadanía en un ¡ay!

Ahora que a Sánchez le ha dado por la química y se rebela como un experto, y afirma que Feijóo es “como el metanol: incoloro, inflamable y tóxico”,  mi portero se enfrasca en algunas noticias, y en titulares que expurga al azar, en su paseo diario por los digitales. Y mi portero dice que hay truco con los sustos que pretenden darle los expertos o los científicos, casi siempre desconocidos, que avalan afirmaciones más o menos catastróficas.

Porque dice mi portero que aquello de truco o trato ya no vale y lo de susto o muerte tampoco y que ahora se lleva lo de truco o susto. O sea que en los sustos que circulan cada día y que se asumen por la sociedad como si nada, tiene que haber truco o, lo que es lo mismo,  intereses creados o por crear. Se trata de titulares que incitan a la lectura y que, las más de las veces, se quedan en agua de borrajas (suponiendo que la borraja no esté estigmatizada por Europa)

Mi portero tiene una lista que le encanta repetir, de vez en cuando, para avalar su teoría y que actualiza periódicamente.

“La borrasca Karlotta, activa las alertas en España; este será el peor día del temporal de fuertes lluvias y mucho viento”.

“Los riesgos que corres si descongelas los alimentos a temperatura ambiente”.

“Sanidad ordena la retirada inmediata de una conocida crema hidratante por contener una sustancia cancerígena”.

“Radiactividad en plátanos. Cuántos puedes comer antes de que sea peligroso”.

“Un doctor en ciencia y tecnología de los alimentos, advierte del peligro de este truco vitral para limpiar el aceite”.

 

“El virus del papiloma cuadruplica el riesgo de muerte cardiovascular”.

“Confirman cuánto ejercicio hay que hacer a la semana, para evitar la enfermedad renal en la diabetes”.

“A Madalina no la mató una espina en la garganta, era un alambre”.

Claro que luego apenas caen cuatro gotas, no se sabe por qué hay que limpiar el aceite, es muy cansado llevar la cuenta de la radiactividad de los plátanos y mi portero no tiene ni idea de quién era la tal Madalina.

Lo de la OMS son palabras mayores cuando dice, entre otras muchas lindezas, que “causa alarma un grave repunte del cólera y existe un riesgo considerable de epidemia”.

“Hallan un virus de transmisión sexual que provoca un alto riesgo de muerte cardiovascular”.

“Los desórdenes alimentarios primera causa de muerte en salud mental”.

Pero lo peor es “si tu dedo anular es más largo que tu dedo índice, porque podrías ser un psicópata”.

Son noticias, absurdas, vacías de contenido y mucho más de credibilidad, que hacen sospechar que responden a intereses desconocidos o a propósitos sociológicos para tener a la ciudadanía en un ¡ay!

Claro que hay de todo y para todos, y mi portero tiembla cuando ve a los niños jugar en el parque sin que sus progenitores soliciten el certificado de homologación de los cacharritos y, por si acaso, se detiene en comprobar la composición de los alimentos en el supermercado o solicita el análisis químico de la gasolina cuando va a repostar.

Y está preocupado, mi portero, por si le duplican la tarjeta de crédito y le roban o le timan con eso de que han secuestrado a un familiar y apenas tiene tiempo para comprobar la conectividad de la caldera y examinar el color de las llama, o verificar el estado de las regletas en las que enchufa los electrodomésticos.

Eso sí, mi portero que es muy mirado y muy cumplidor, está pendiente de que el colchón en el que duerme con la parienta, mantenga la curvatura habitual de la columna, aconsejada por los expertos de la OMS y se las tiene tiesas con las bacterias, tan traicioneras ellas, que se cobijan entre las sábanas.

Y todo, mientras guarda y clasifica, en un Excel, facturas y resguardos de compras, para futuras reclamaciones de productos que no cumplan con las directivas europeas.

Pero mi portero se tranquiliza cuando le llegan las noticias de que Úrsula von der Leyen, la tonta de los pesticidas, vela por su bienestar, cuidados y desvelos a los que ahora se ha unido Royal, la tonta de los tomates.

 La carcajada: Dice el fiscal general: “El fiscal general, no miente”.

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