Por la boca… Las tres izquierdas
Los eslóganes de la izquierda casi siempre son reversibles. Cualquiera de sus argumentos puede aplicarse a esa izquierda, simplemente con cambiar nombres y situaciones.
La matraca de las tres derechas es el estandarte fundamental de los discursos y de los mítines de Sánchez, Montero e Iglesias, y hasta de personajes como Otegui que se ha sacado de la manga de su uniforme etarra el apelativo de “trifachito”.
Las tres derechas y la foto de Colón son, una y otra vez, esgrimidas cada vez que los candidatos de la izquierda hablan en público.
Los eslóganes de la izquierda casi siempre son reversibles. Cualquiera de sus argumentos puede aplicarse a esa izquierda simplemente con cambiar nombres y situaciones.
Puestos a ello, también hay que decir que existen tres izquierdas, con la diferencia de que las tres derechas solamente han pactado en Andalucía mientras que las tres izquierdas, unidas y de la mano, se hicieron la foto de la moción de censura y de la “llevada” en volandas de Pedro Sánchez a La Moncloa.
Una izquierda pactista que, con las siglas del Partido Socialista, ya nos ha demostrado de lo que es capaz con tal de llegar al poder.
Una extrema izquierda comunista que, con las siglas de Podemos, pretende implantar en España el comunismo trasnochado, antiguo y decadente que ya fracasó en el siglo pasado.
Una izquierda separatista, con los crímenes de la ETA a sus espaldas, que promete votos a Sánchez con la contrapartida de deshacer España y que se une a otra izquierda, también separatista, que odia todo lo español y que desde la cárcel con las siglas de la Esquerra Republicana, también está dispuesta a rehacer el pacto de la moción de censura.
Esas son las tres izquierdas que mencionan constantemente a las tres derechas y que airean la acusación de fascistas, retrogradas, peligrosas, blanqueadas y, por supuesto, de franquistas y enemigas de las libertades.
Son las tres izquierdas que constituyen un peligro cierto para nuestras libertades y un seguro desastre económico; son los golpistas del 34; los golpistas de no hace mucho; los valedores del desastre de Venezuela; los fracasados de separatismo en la II República y los restos aún humeantes de la ETA.
