De res publica

Frase latina que nuestros jóvenes –que no han visto el latín ni por el forro, y así les va- han debido de traducir por “nos vamos de república”. Y se van a jalear a la república como si se fueran de “botellón”. Es como si escucharan a Tierno: “Y ahora a colocaros con la república”. Y van y se colocan. Se colocan en los actos públicos a los que asisten los Príncipes de Asturias con unas banderas tricolores –que se supone que son anticonstitucionales-, y se vuelven a casa –de sus padres, por supuesto- tan contentos y con la satisfacción de los deberes –que les ha puesto Izquierda Unida, por supuesto- acabados y bien hechos.   Es la nueva moda. Y luego con ese ingenio que caracteriza a nuestros republicanos – El Zurriago o El Guirigay no confundir con Zerolo- gritan eso de “Felipe acelera, que viene la tercera”.   Claro que la culpa no es de esos cincuenta o sesenta que van a los actos de los Príncipes en Alcalá de Henares. Es culpa de quienes les han enseñado historia, de quienes jalean los ataques a la Monarquía, por que sí, e incluso de los monárquicos de siempre que viven su vida de la forma más despreocupada.   Mientras no se demuestre lo contrario, la Monarquía constitucional y parlamentaria es la forma de Estado que nos hemos dado los españoles e, independientemente de las ideas de cada uno, la forma de Estado tiene que ser respetada por todos y defendida por los poderes públicos y por todas y cada una de las instituciones.   Esto no sucede así en España y basta una mirada a los periódicos para darse cuenta de que hay “algo” y no se diga que son cincuenta y que no tienen representatividad y que mientras unos pocos abuchean a los Príncipes de Asturias la inmensa mayoría arropan sus visita y demuestran su cariño a la Corona.   Ese no es el problema. El problema reside en la falta de información y de cultura política, y de la otra, en quienes quieren identificar monarquía con antigüedad y república con progreso.   Ahora estamos en la moda de la memoria histórica. Dicen que la Generalitat de Cataluña se ha gastado 4 millones de euros en conmemorar la II República. Independientemente de que alguien o “alguienes” se están forrando, no son lógicos esos dispendios ni esos planteamientos además de la que está cayendo en Cataluña   Nada tienen que ver –a priori- las formas de estado con el buen gobierno. Los españoles nos dimos una forma de gobernarnos y tenemos que ser los españoles quienes decidamos si esa forma debe de cambiar.   Pero nunca desde la algarada callejera, desde la falta de sentido ciudadano y desde la mala educación cívica.

 
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