Un respeto para la Edad Media
Uno de los tópicos que se manejan habitualmente es tachar de medieval todo lo que suena a retrógrado, bárbaro, inculto y oscurantista.
Además de ser moneda corriente, surge con mayor virulencia cuando hay sucesos tan execrables como los ocurridos en París el pasado miércoles. Proliferan entonces las calificaciones ‘medievalistas’ para calificar unos asesinatos bárbaros, la cerrazón ideológica y el dogmatismo religioso.
La Edad Media, como todas las épocas de la historia, incluida la actual, tuvo luces y sombras y cosas censurables y otras muy positivas que han servido como un escalón más dentro del devenir de la humanidad y que no pueden juzgarse solamente a la luz de la barbarie.
Quienes con una cierta frivolidad califican de medieval hechos y acontecimientos rechazables entonces y ahora, desconocen los avances tecnológicos, culturales, arquitectónicos o del pensamiento que tuvieron lugar en los siglos que abarcan la Edad Media. Antes de calificar de ‘medieval’ todo lo que les parezca negativo e incompatible con las libertades actuales deberían repasar mínimamente la historia y, sobre todo, colocar en su tiempo y en su época los acontecimiento medievales sin juzgarlos en el contexto actual.
Es injusto que una época de la historia que supuso –con aspectos indudablemente negativos y criticables como todas- avances y conquistas innegables, sea calificada globalmente y sin matices, como una edad que convendría olvidar.
