El “sabio de Hortaleza” se atasca
No estoy de acuerdo con ese tópico que dice que en España hay cuarenta millones de seleccionadores de fútbol y que cada español tiene su selección y que esa selección nunca coincide con la del vecino. El problema no es ese. El problema es que quien tiene que tener la selección, es decir, el seleccionador Luis Aragonés, no la tiene. Visto lo que se vio en Albacete, el pasado sábado, es evidente que las pruebas continúan y que el “sabio de Hortaleza” tiene demasiadas dudas. Lo de menos –entra en lo normal- es que no hubiera juego por las bandas, que los laterales no subieran, que el centro del campo no existiera, que Torres falle ante el gol o que Raúl anduviera como alma en pena deambulando por terrenos de nadie. Lo que preocupa es que no hay un esquema estable, que no hay un estilo de juego y que los cambios –aunque fuera un amistoso- no respondieron a la idea de ver a todos los jugadores servir a una idea de juego, sino a distintos planteamientos tácticos. Hasta tres cambios sustanciales en la forma de jugar hubo en el partido contra Rusia. Se supone que -a dos semanas del partido inaugural contra Ucrania- ya hay un sistema y que lo que se hace es ensayarlo e ir probando a los jugadores que –en cada momento- mejor pueden servir a esa forma de jugar. Luis nos vende humo. Su socarronería en las ruedas de prensa no vale para que España haga un buen papel en Alemania. Claro que cualquier equipo que sale al campo lo hace para ganar; claro que los jugadores tienen buena actitud; claro que algunos llegan cansados al final de temporada; claro que puestos decisivos en cualquier equipo, en nuestra liga, están ocupados por extranjeros. Todo eso lo sabemos desde que finalizó el último mundial. ¿Y qué? Aunque nos vendan la euforia de la selección es de temer que va a pasar lo de siempre, y que van a estar en los partidos decisivos las selecciones de siempre: Brasil, Alemania, Italia, Francia, Argentina y alguna más que protagonice la sorpresa. Ojalá esté España pero sería eso: una sorpresa.
