Sánchez: Un crack de la nada en cifras

Pedro Sánchez anuncia la convocatoria de elecciones.
Pedro Sánchez anuncia la convocatoria de elecciones.

Como se puede mentir más alto, pero es imposible mentir más, hay que llegar a la conclusión de que lo que a Sánchez le pierde en sus homilías, es el sentido del humor.

Decía la Secretaría de Estado de Comunicación que es la primera vez en la historia de España que un Gobierno, sistematiza en un documento público todos sus compromisos y muestra el grado de cumplimiento alcanzado. A la vista de la procedencia digital de los expertos de cabecera que han examinado a Sánchez (más que expertos son “allegados”) y oída la homilía, lo que se puede afirmar, sin duda, es que es la primera vez en la historia de España que un Gobierno tiene semejante desvergüenza.

Airear las promesas electorales más convenientes y ocultar otras como la inmediata convocatoria de elecciones o aquello de los pactos que nunca se iban a producir con comunistas, separatistas y filoterroristas, es una perversión. Y refugiarse en la niebla de las cifras y en el barullo de los porcentajes para ocultar la realidad una vez más, es una farsa.

Como se puede mentir más alto, pero es imposible mentir más, hay que llegar a la conclusión de que lo que a Sánchez le pierde en sus homilías es el sentido del humor.

Desglosar las homilías de Sánchez e intentar un análisis medianamente serio de sus humoradas es una pérdida de tiempo y cuando eso es así, no hay más remedio que generalizar las mentiras, globalizar sus tergiversaciones y universalizar las falacias.

Sánchez, que es la nada, es un maestro en no decir nada y ahora camufla esa nada en cifras y cuadros de colorines. Cifras y cuadros que le sirven para ocultar la realidad y cuando no la oculta, la manipula.

Cuando un comerciante hace un balance falso y engañoso de su negocio, lo hace por una sola razón: un balance real y verdadero, dejaría su comercio con las vergüenzas al aire. El problema para los españoles es que el negocio de Sánchez es el negocio de todos.

Cuando Sánchez afirma que “este Gobierno desde el principio, nunca ha ocultado sus intenciones”, que “hay un solo Gobierno con una sola voz”, que “todos y cada uno de los ministros y ministras han hecho una labor ingente”, que “de manera mayoritaria los ciudadanos confían en los partidos que forman el Gobierno de coalición”, que “el Gobierno sale más fuerte y más unido”, que “este Gobierno está en la primera fila internacional de la transparencia”… simplemente hay que echarse a reír.

Y cuando asevera que su ilusión frustrada ha sido “no poder pactar con el Partido Popular”, deja un rictus amargo, porque maldita la gracia que tiene Sánchez y porque su sentido del humor está llevando al hartazgo a muchos españoles.

 

La carcajada: Montero (María Jesús): “Estamos cómodos dentro del gobierno de coalición”.

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