Con Sánchez, Montesquieu agoniza y el Tribunal Constitucional ha muerto

Para asegurar la “constitucionalidad” de todo lo hecho y lo que pueda quedar por hacer, ahí está Conde-Pumpido con las votaciones aseguradas y hasta con la vicepresidencia del Tribunal Constitucional en primer tiempo de saludo.

Como Franco, Sánchez pretende dejarlo todo atado y bien atado. Si continua en La Moncloa, tiene asegurada la “constitucionalidad exprés”, de cualquier desmán que se le ocurra y si se tiene que marchar, se garantiza la total impunidad de todas las acciones, leyes, decretos y tomas de decisión anticonstitucionales que ha perpetrado y que podrían ser recurridas ante el Tribunal Constitucional.

Y para eso ahí está Conde-Pumpido con un mandato que sobrevivirá a la más que posible derrota electoral de su señorito.

Si sigue al frente del Gobierno, a base de los “engrases” de Bruselas, tendrá la calle más que pacificada. A Podemos atado y bien atado a algunas sillas ministeriales y a los separatistas catalanes y proetarras y a los nacionalistas vascos, dictando leyes unos y poniendo la mano otros, cuando no las dos cosas.

Si tiene que llevarse el colchón de La Moncloa a su casa, tiene asegurada la calle en llamas, con los sindicatos, Podemos, los separatistas proetarras del País Vasco y los separatistas del referéndum para la independencia de Cataluña que “volverán” a hacerlo.

Y para asegurar la “constitucionalidad” de todo lo hecho y lo que pueda quedar por hacer, ahí está Conde-Pumpido con las votaciones aseguradas y hasta con la vicepresidencia del Tribunal Constitucional en primer tiempo de saludo.

En la España de Sánchez, Montesquieu agoniza de muy mala manera y los cuidados paliativos que le suministra a veces, solo a veces, el Poder Judicial apenas logran mejoría en el enfermo. El equilibrio y contrapeso de los tres poderes (que no separación) que predicaba el pensador francés -Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder”- han desaparecido a manos de Sánchez que ahora se ve avalado y se verá respaldado por un Tribunal Constitucional, yerto, que hiede a muerto y que estará varios años sin enterrar.

Un Tribunal Constitucional a la medida de quien lo ha nombrado y que resuelve en pocos minutos contenciosos que llevan años en las carpetas de las que nadie se atrevió a sacarlos y, desde la Ley Celáa a negar el amparo a un abogado que pedía en castellano y no en catalán una resolución, todo es además de vertiginoso en los tiempos, bochornosos en sus sentencias siempre a favor del señorito.

Todo atado y bien atado porque nunca se sabe lo que hay bajo el lodo de algunas togas y cuantos “bernis” pululan por las salas y hay que prever lo que pueda pasar desde dentro de La Moncloa o fuera de La Moncloa.

 

Porque en algunos altos tribunales no es que haya togas cubiertas de polvo, es que están enfangadas hasta las puñetas.

BULOS EN CAMPAÑA ELECTORAL: Según se rumorea -aunque no ha sido posible contrastarlo- el Gobierno de Sánchez baraja conceder a Bolaños, por decreto, la “Encomienda de Número de Sufrimientos y Ridículos por Sánchez” y solicitar la instalación de una placa conmemorativa, de dicho ridículo, en la Puerta del Sol. Al parecer Iglesias se ha sumado a ambas iniciativas, ante la decepción que ha sufrido porque los escoltas de Bolaños no azotaron, hasta hacerla sangrar, a la jefa de Protocolo de la Comunidad de Madrid.

Pero quizás sea un bulo sin el menor fundamento.

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