La tregua es el principio

Es -que nadie lo olvide- el principio del camino que habrá que recorrer para lograr la paz que todos queremos. Ahora vendrá el aluvión de declaraciones de los políticos y de los partidos. Unos en un sentido y otros en diferente dirección. Para unos será un triunfo e intentarán apuntárselo. Otros se mostrarán reticentes. Pero pasarán los días y se desvanecerán las primeras euforias y nos toparemos con la realidad.   La realidad no es otra que una negociación dura y ardua -sea del nivel que sea y en el sentido que sea- para conseguir que esa tregua dure para siempre. Una negociación que va a exigir tiento y prudencia por una parte y radicalidad por otra. La entrega de las armas es un símbolo más que una realidad tangible. ETA tiene que seguir dando pasos y no puede exigir que el Estado se entregue embobado ante una declaración. El Gobierno, por su parte, va a tener que tomar decisiones que, por un lado, van a ser impopulares y, por otro, siempre van a parecer escasas de contenido a los etarras.   En medio, los partidos vascos van a querer protagonizar el proceso y rentabilizarlo de cara a las elecciones. El Lehendakari ya ha tomado iniciativas, el Partido Popular del País Vasco ha dicho no a esas iniciativas y el Partido Socialista de Euskadi habla con un ojo puesto en Madrid.   Y en el otro lado, los presos de la banda quieren levantar la voz y no siempre va a ser una voz acorde con Batasuna   No es fácil el camino que queda por recorrer. Sólo se ha abierto y hay que empezar a andarlo sin prisa y sin levantar un pie antes de que el otro esté posado en el suelo. El champán de Elorza es –cuando menos- prematuro.

 
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