Un mundo cada vez más pequeño

Material para la construcción del gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania.
Material para la construcción del gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania.

Por un periodo de tiempo parecía que el mundo tendía hacia el multilateralismo, propio de la globalización, pero la nueva forma de concebir la geopolítica es la del minilateralismo. Un baluarte construido bajo los estandartes de Estados Unidos y Rusia. El modus operandi de estas dos potencias puede desencadenar un efecto dominó en otros Estados como Serbia y Kosovo o Marruecos y España. Los únicos con el poder para contrarrestarlo son la Unión Europea y China, como grandes interesados dada su visión de la política exterior.

La invasión de Rusia en Ucrania es un claro ejemplo de ello. Pero resulta curioso remarcar que el gobierno estadounidense no considera a Rusia como una potencia rival desafiante sino como un país perturbador y disruptivo, al contrario que China. Esto responde a la pregunta de que Pekín no invadiría Taiwán; el vínculo no solo militar, sino también legal, provocaría una acción inmediata del Pentágono.

La respuesta de Rusia ante la guerra que se ha estado librando estos últimos ocho años entre Ucrania y la región del Donbás, que se ha saldado con la vida de unas 15.000 personas, marcará un precedente en cómo se concebirá la geopolítica mundial a partir de ahora, pero sobre todo la europea, en un mundo cada vez más imprevisible.

Desde Bruselas, como siempre desde una política reactiva mas no preventiva, se ha puesto en marcha el mayor paquete de sanciones de la historia como medida disuasoria. Pero la UE no debe precipitarse ya que estas sanciones van a hacer el mismo daño a los europeos que a los rusos. El barril de petróleo brent se está cotizando a $140 y podría alcanzar los $150 a finales de mes, superando el récord histórico de 2008 y Rusia es el tercer exportador de petróleo.

El precio del gas ha subido un 50% en una semana y es que casi la mitad del gas que se importa en la UE proviene de Rusia. Potencias europeas importan más de un tercio de gas ruso como es el caso de Alemania (55%), Italia (40%), Polonia (55%), República Checa (100%) o Hungría (95%). Realmente la única sanción que no se ha aplicado hasta ahora es a la importación de gas. Y es que Rusia sí que podría tener mayores garantías de éxito en cortar el suministro a Europa que viceversa, ya que Gazprom y la CNPC han firmado un acuerdo comercial de 25 años. Por esto es vital que la UE inicie un programa de energía nuclear con la construcción de nuevas centrales nucleares para lograr la ansiada y necesaria independencia energética.

Además, el trigo, con Rusia como mayor exportador mundial, ha superado récords históricos en los mercados de materias por valor de casi $14 y, sumándose a Ucrania, ambos países exportan el 30%. Es un cereal que afecta directamente a los alimentos básicos de primera necesidad y su precio puede desembocar en disturbios sociales, como ya ocurrió en Egipto en 2011.

La organización supranacional no está exenta de responsabilidad por no haber garantizado el cumplimiento de los acuerdos Minsk I y II. No se ha escuchado a Rusia estos últimos años y ahora nos encontramos con la guerra a nuestras puertas. Ucrania debería ser un país que sirva como puente entre Europa y Rusia para lograr un socio fuerte con el que hacer frente a China. Un socio que no un aliado, una diferencia muy bien marcada por el departamento de Estado de EE. UU.

Desde Estados Unidos se ha visto una postura clara de no intervención militar como nueva política, siempre y cuando no sirva a los intereses de los estadounidenses. Y es que el interés de Estados Unidos ya no pasa por Europa sino por el Indo-Pacífico y es donde empleará sus recursos. El arma Confidential C utilizada ahora por Washington será primero la disuasión, entendida en sus diversas formas, y después la intervención militar. Esta nueva estrategia se ha visto reflejada en Ucrania, donde ha empleado información de inteligencia para publicar en los medios y avisar de las operaciones militares del enemigo, lo que se conoce como disuasión por revelación.

La administración Biden puede ser la gran victoriosa de esta guerra. La popularidad del presidente es muy baja y con una vicepresidenta desaparecida. Pero las sanciones al gobierno ruso y al conglomerado de empresas privadas van a resultar en un aumento de las exportaciones de petróleo y GNL hacia Europa, siendo el primer país productor de ambas materias primas. Además de consolidar su liderazgo en la OTAN y lograr su objetivo que es el de aumentar la militarización de la organización. Alemania ampliará de manera histórica el presupuesto en defensa con un gasto del 2% del PIB. Aunque una militarización de países europeos puede llevar a una menor dependencia de la OTAN, lo que debería traducirse en la creación de una UE armada lejos de los intereses anglosajones.

 

Por el otro lado, China se ha mantenido neutral, ya que su política exterior se basa en la no intervención y en respetar la soberanía e integridad territorial de los Estados. Por ello, Xi Jinping, no debe escatimar esfuerzos para convertirse en la fuerza mediadora. Con ambos goza de buena relación y la UE es su principal socio comercial, por lo que le conviene la estabilidad en el continente.

Las pretensiones rusas son muy claras y Occidente va a tener que empezar a tenerlas en cuenta para mantener el statu quo europeo. La expansión de las fronteras de la OTAN hacia Moscú debe frenarse, no hay motivos reales para seguir crispando Europa del Este. Pero los intereses europeos y estadounidenses distan mucho de asemejarse. La región del Donbás está perdida desde 2013, al igual que Crimea. Pero de no reconocerse su independencia como Repúblicas, Putin puede ir más lejos y ampliar su mapa estratégico a las ciudades de Mariúpol y Berdiansk y así tener un control total sobre el mar de Azov y asegurar la península de Crimea del flanco noreste. Situación similar, ocurrida en Georgia en 2008, con Abjasia y Osetia del Sur.

El mundo tiende a la militarización y lo que nos enseña este tipo de conflictos es que quien posea ojivas nucleares está exento del cumplimiento del derecho internacional. Considerar a China como un enemigo puede ser uno de los mayores errores europeos de la geopolítica del siglo XXI. Aprender de los desaciertos cometidos con Rusia debe estar presente en la hoja de ruta del Consejo Europeo. La UE no puede seguir el camino de la confrontación con China, estrategia que va a seguir Washington como bien indica su Interim National Security Strategic Guidance 2021. Pekín cuenta cada vez con más apoyos en países en vías de desarrollo y la OTAN va a seguir queriendo expandir su zona de influencia hacia Asia Central para crear una muralla militar y legitimar un nuevo conflicto, pero, esta vez, a una escala inimaginable.

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