Cobardes anónimos

            Muy arriesgado y poco acertado me ha parecido el calificativo que María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, ha otorgado a quienes en su partido piden cambios, regeneración, llamándoles “cobardes anónimos”, pues dice que a ella nadie le ha pedido a la cara esos cambios. Nervios por el ascenso de Podemos, tal vez.

            No es que haya voces en el PP que piden cambios, es que hay un auténtico clamor.  Piden una urgente reflexión, caras nuevas en las listas, incorporar  profesionales independientes, con preparación y honradez, para “no casarse con nadie” por cuotas de poder. ¿Por qué falló la experiencia de Manuel Pizarro? Urge  savia nueva. Por supuesto, también caras nuevas de gente joven, pues un partido ha de estar permanentemente en renovación, pero jóvenes con valía, que aporten cualidades y experiencia, no sólo por ser jóvenes. Los jóvenes líderes de Podemos están curtidos, tienen bagaje profesional, no sólo juventud.

            ¿Cobardes anónimos? La “Cospe”  debería reflexionar sobre semejante acusación a gente de su partido. Si observa anonimato en las críticas, debe ser valiente y plantearse la causa. Muchos cargos del PP saben cómo funciona el partido, con cuotas y una confección de listas electorales que debe ser más plural, más abierta y, por tanto, más arriesgada para quienes llevan ahora las riendas del partido, incluida de Cospedal.

 ¿Es receptiva la secretaria general para escuchar críticas,  o “tacha” a quien las hace con claridad a su cara?  Un líder debe fomentar y pedir la crítica, sin miedo.  Si hay un clima de que la crítica es suicida, en estos momentos preelectorales – siempre son tiempos electorales para los políticos- no pocos pretenden continuar con cargos en el PP e intentar una regeneración que consideran imprescindible, desde “dentro” del partido? ¿Es valentía ir directamente a la guillotina política?

Los responsables máximos del PP tienen una responsabilidad orgánica por los numerosos casos de corrupción.  Mala estrategia echar balones fuera.  Esa responsabilidad la tienen Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal. También Esperanza Aguirre, como presidenta del partido en la Comunidad de Madrid, que se ha lanzado a pedir perdón y a ofrecer seis medidas para evitar la corrupción política. Alberto Fabra está luchando contra la corrupción en el PP desde que sustituyó a Francisco Camps, pero se encontró con que Camps había incluido 11 imputados en las listas electorales, elegidos  luego como diputados: es un error de Camps y de Génova, no sólo de Camps.

 ¿Es suficiente la petición de perdón de Aguirre y de Rajoy? Era necesaria, pero no suficiente. Falta adoptar medidas con prontitud – el PP está lento-, y algunos olvidan que existe la expulsión del partido.  ¿Aceptará las elecciones primarias, las listas abiertas, o seguirá siendo el PP un partido que opta por la disciplina del partido, a cambio de un gobierno “unipersonal”? ¿Se tachará a los cargos del PP que acudirán a la manifestación del 22-N  a favor de la vida y contra la decisión de Rajoy de no reformar el aborto? ¿Con quién consultó Rajoy esa decisión contraria a su programa?

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato