Enigmas electorales

            Las próximas elecciones autonómicas y municipales se presentan con muchos  enigmas, fruto de la convulsión política que sufre el país  tras las elecciones europeas del pasado mes de mayo. Los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, preveían un voto de castigo en las europeas, pero no de la dimensión que se produjo. Fue un auténtico “tsunami”, y ahora, a diez meses de las autonómicas y municipales, los partidos políticos están trazando sus líneas de actuación para ganar votos, o en algunos casos recuperarlos.

 La irrupción de Podemos, de Pablo Iglesias, ha sido una sorpresa, que nadie se atreve a prever en los próximos comicios de 2015.  Nadie osa hacer un pronóstico, mientras reiterados sondeos insisten en que Podemos aumenta cada semana la intención de voto y la valoración de su líder, Pablo Iglesias.

            En el PP y en el PSOE, antes de las generales, daban por sentado que los ciudadanos iban a castigarles, como reacción ante un modo de hacer política que ha aumentado la fractura entre ciudadanos y partidos gobernantes. Una reacción que se ha nutrido, también, del rechazo ante los frecuentes casos de corrupción política, ante la que el ciudadano está asqueado y no le basta la explicación que a veces ofrecen los partidos de que “otros partidos tienen más corrupción, o en otra comunidad autonómica”.  Alberto Fabra ha actuado contra la corrupción en el PP con decisión en la Comunidad Valenciana, mientras el espectáculo de la corrupción en la Junta de Andalucía y en algunos  sindicatos no cesa de salpicar la actualidad española.

            Podemos está explotando el descontento ciudadano, pero habrá que ver si se gana la confianza de los votantes para tener un peso relevante en gobiernos municipales o autonómicos. Quedan todavía 10 meses para los comicios, pero el ciudadano  quiere conocer mejor las propuestas y las posibilidades reales de Pablo Iglesias.

 En el PSOE hay pánico. El revulsivo del nuevo secretario general, Pedro Sánchez, puede servirle, pero la sangría de votos hacia Podemos y otros partidos de izquierdas no parece que disminuya. Los socialistas tienen muchas esperanzas en tripartitos y cuatripartitos, pero hay que recordar que Podemos ha dicho que quiere echar del poder al PP y al PSOE, por lo que los pactos de gobierno entre fuerzas de izquierda pueden dinamitar al propio Podemos si no es coherente.

 Y el PP acelera para cambiar la ley electoral y que gobierne el partido más votado. Muchos nervios, incógnitas y retos que ojalá sirvan para regenerar la vida política, pues buena falta hace.

 
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