Isabel Bonig, la Thatcher valenciana
Isabel Bonig, la actual consellera de Infraestructura y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana, fue elegida el lunes secretaria general del PP en la Comunidad Valenciana. En su elección intervinieron todos los “pesos pesados” del PP valenciano, viendo en ella la persona adecuada para intentar una recuperación del voto en las próximas elecciones autonómicas y municipales, sustituyendo a un discutido Serafín Castellano.
Los españoles hemos vivido el shock electoral del 25-M, y en el PP el batacazo electoral exige reaccionar a muchos niveles, con caras nuevas y relanzamiento de un programa animante. Se ha visto cómo los dos “graneros” electorales – Comunidad Valenciana y Madrid- han sufrido un duro castigo por los votantes, que hacen peligrar esos feudos “populares” en 2015.
Fabra no ha querido esperar a que Rajoy mueva ficha, y lo ha hecho él en la Comunidad Valenciana. Con la elección de Bonig, Fabra ha logrado un primer efecto de reanimar a los cargos del PP, y los 150.000 militantes del PP en la Comunidad Valenciana tienen un motivo para visualizar inmediatamente la reacción de sus dirigentes. Simultáneamente, en los partidos de la oposición no ha sido buena noticia la elección de Bonig, porque se le reconoce capacidad de movilización, carisma, energía reivindicativa, que curiosamente son cualidades que hasta en el PP echan en falta en el propio Fabra.
La castellonense Bonig compatibilizará el cargo con el actual de consellera. Se confía en su conocida capacidad de trabajo, habilidad para “sumar” y entusiasmar de nuevo a unos votantes que en las elecciones europeas dieron la espalda al PP.
A la exalcaldesa de Vall d´Uxó le gusta que le llamen la “Thatcher valenciana”, entre otras cosas porque siempre ha expresado su admiración por la política británica. Bonig, licenciada en Derecho y premio extraordinario de fin de carrera, aporta frescura, apertura, simpatía y una buena comunicación con la sociedad y con los medios de comunicación, algo que hasta el propio Mariano Rajoy piensa que falta en el PP nacional.
La Thatcher valenciana en el PP no es Rita Barberá, sino Bonig. O al menos en estos momentos. Tras ser elegida secretaria general del partido en la Comunidad Valenciana ha expresado sus prioridades: unir al PP, mejorar la comunicación, trasladar a los ciudadanos la convicción de que el PP es el partido para salir de la crisis y ser reivindicativa ante Génova-Moncloa.
No tiene mucho tiempo, escasamente 11 meses. Sin embargo, la “guerrera” Bonig - así se reconoce ella- tiene en su haber que arrebató a los socialistas la Alcaldía de Vall d´Uxó en 2007 por mayoría absoluta, y ella procede de una familia tradicionalmente socialista.
La capacidad y proyección de Isabel Bonig ha hecho, en estos meses pasados, que se barajara como posible sustituta de Alberto Fabra, si había un “desastre” en las europeas, o más adelante. No es una promesa esta mujer, es la “mano derecha” de Fabra.
Curiosamente, muchos dudaban de que Fabra reconociera esta realidad, y que prevaleciera el “ego” político de evitar que le haga más sombra en el poder, ahora y/o en el futuro. Pero Fabra la ha aupado, también porque sabe que su propio futuro político depende en buena parte de la posible reactivación que Bonig puede llevar a cabo, empezando por movilizar a los propios militantes.
Han prevalecido las cualidades políticas de Bonig por encima de los “egos”, y eso suele ser buena noticia en un partido político. Y también ha prevalecido la capacidad sobre el criterio territorial, sin miedo a que el presidente y la secretaria general del PP en la Comunidad Valenciana sean de Castellón, la provincia “pequeña” de la Comunidad Valenciana.
Compensa seguir la pista a esta “guerrera” del PP, y ocasiones no van a faltar. Muchos ojos en España están puestos en ella. Lo sabe y no se asusta. Acabó la campaña electoral de las europeas afónica pero con la sonrisa habitual en ella: a ver cómo acaba tras conocer los resultados de los comicios de 2015.
