Fin de una pesadilla
Una noticia interesante y positiva, porque es un ejemplo de participación y de poner los medios para mejorar la enseñanza. Casi siempre, al hablar de la enseñanza, surge la queja, la poca exigencia en los centros escolares o la falta de disciplina, cuando no el abandono escolar, cuestiones que en efecto son preocupantes en España.
No conozco a los protagonistas de esta historia y, por tanto, no puedo juzgar la situación, ni me corresponde. Han sido los padres, profesores y alumnos los que han tomado una decisión, cuando vemos valiente y arriesgada, decidiendo en el Consejo Escolar que no continúe el equipo directivo.
Simplemente, lo valoro como un hecho sociológico y educativo muy importante y significativo, en contra de la denostada pasividad de las familias en la enseñanza, limitándose casi a la queja.
En general, lo que supone complicarse la vida para mejorar la educación me suena bien, me evoca vida y responsabilidad, no anonimato. Abunda el desinterés práctico de los padres, que ni se interesan por integrar el AMPA o el Centro Escolar, o fácilmente claudican porque hay personas o grupos organizados que copan esos órganos, aprovechando la desidia de la mayoría.
Los padres, docentes y alumnos del IES El Palmeral, de Orihuela (Alicante), han derrocado al equipo directivo, en una dura reunión del Consejo Escolar que tuvo lugar el pasado jueves, 21 de julio, tal como se informó en este digital. La revocación ganó: 13 votos a favor y 6 en contra.
No recuerdo ningún caso similar: que el Consejo Escolar cese al equipo directivo, y lo comunique a la Dirección Territorial, haciendo saber que debe acatar la decisión e iniciarse un proceso de nueva elección de equipo directivo.
Dicen que han sufrido desde 2017 una “terrible pesadilla”, en perjuicio de los alumnos, haciendo responsable a la directora principalmente. El jueves se congregaron medio centenar de docentes respaldando al Consejo Escolar y hasta se hicieron una fotografía para hacer saber el descontento profesional existente y sin miedo a que se les reconozca.
En todo este proceso el Consejo Escolar, la comunidad educativa, ha contado con el asesoramiento jurídico de la FAPA Gabriel Miró de Alicante y la Confederación Valenciana de Asociaciones de Padres de Alumnos (COVAPA, que agrupa a más de 250.000 familias de centros públicos de la Comunidad Valenciana, presidida por Sonia Terrero), pues eran conscientes del complicado y posibles riesgos del proceso que han llevado a cabo.
Es de suponer que el equipo directivo esgrima argumentos, la Dirección Territorial está en un brete, y hasta desautorizada ya, pues existe un informe del Inspector de Enseñanza que recoge lo que ha pasado en el mencionado IES hasta ahora. ¿Por qué no se ha intervenido hasta que el malestar generalizado ha explotado?
La mala praxis del equipo directivo, el fraude laboral de la directora denunciado a la policía nacional, facturas abonadas continuamente a un familiar del equipo directivo por reparaciones, resolver cientos de expedientes y expulsiones a los alumnos sin pruebas y sin los debidos trámites normativos, boicot al AMPA y un “sinfín de barbaridades e irregularidades” a las que nadie ponía solución.
El Consejo Escolar ha tomado cartas en el asunto, y de manera contundente. Yo no conozco a nadie de ese IES, por lo que no puedo valorar la situación, pero me alegra por lo que supone de afrontar la realidad, y más en un centro público, donde suele decirse que no se puede arreglar o cambiar nada, en un tono siempre quejoso y que lleva a la inacción. Lo más cómodo es quejarse y no hacer nada.
Habrá que ver qué hace el Director Territorial de Alicante, cargo de una Consellería de Educación que depende de Compromís, desde que el tripartito valenciano de izquierdas se repartió las Consellerías en 2015. Y más aún: ¿no tenía ya datos la Consellería para haber intervenido? Se conoce un informe del Inspector. Han tenido que ser los padres, profesores y alumnos quienes tomen la insólita decisión.
