Claves del pulso Zapatero-Rajoy para 2006

“El PP ha seguido aplicando en 2005 los embustes a los que tan acostumbrados están los españoles, una estrategia que ya utilizó para ocultar la verdad en casos como el atentado del 11-M, el accidente del Yak-42, la huelga general o el hundimiento del petrolero Prestige”. Con este significativo párrafo comienza una circular interna distribuida por los ideólogos del Partido Socialista, hace tan sólo unas semanas, entre su núcleo de militantes y simpatizantes. Las ideas de este singular “Zutabe” responden perfectamente a la estrategia marcada el último mes desde Ferraz, al situar al PP como el partido que mentía estando en el Gobierno y, ahora, sigue mintiendo desde la oposición. La idea que la izquierda quiere grabar en la mente de los españoles es la siguiente. Zapatero ha buscado en el año 2005 el diálogo y el acuerdo; Rajoy ha preferido la manifestación permanente y el no a todo. Por todo ello, insisten, el presidente del Gobierno tiene hoy más respaldo parlamentario y ciudadano que a principios de año; mientras que Rajoy, el líder del partido de la mentira, está más solo y alejado de la sociedad que nunca, fiel al camino que le marcan los ideólogos de la derecha más extrema. José Blanco y su equipo de asesores están convencidos —y así lo manifiestan en privado- de que los ciudadanos le harán pagar su actitud al PP, el partido de la mentira, la crispación y la eterna manifestación. El pulso Zapatero-Rajoy se afronta desde las filas socialistas con una contraofensiva de inicio del año. El presidente del Gobierno prepara una batería de propuestas y mociones. Está impulsando concretamente dos nuevas e importantes leyes. Todo girará de nuevo alrededor de las “políticas sociales”, una apuesta por los derechos de los ciudadanos. Esta estrategia cuenta ya con nombre y apellidos concretos: la Ley de Dependencia y la Ley de Igualdad. La primera llegó el pasado viernes, 23 de diciembre, a la mesa del Consejo de Ministros, que aprobó el anteproyecto de la nueva ley que beneficiará —aseguran desde Moncloa- a más de un millón de personas, y llevará aparejada la creación del Sistema Nacional de Dependencia, para la atención a mayores y discapacitados. En segundo lugar, el presidente pretende que el Gobierno apruebe en marzo de 2006 la nueva Ley de Igualdad, que busca garantizar que hombres y mujeres tengan los mismos derechos en todos los ámbitos de la sociedad. Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, centrará sus esfuerzos en la Convención Nacional que el partido celebrará los días 3, 4 y 5 de marzo. Dentro de doce días, Rajoy presentará la convocatoria a la Junta Directiva Nacional. Les transmitirá su convencimiento de que se trata de un trascendental punto de arranque para las elecciones autonómicas y municipales, en las que el PP tiene depositadas grandes esperanzas. En la Convención, los populares abordarán asuntos tan relevantes como el modelo territorial, la deriva económica del país, la estrategia pactista del PSE en el País Vasco (con una posible tregua en la trastienda), o el giro en política exterior, complaciente y laudatoria con regímenes de extrema izquierda. Es el escenario preparado por los dos líderes políticos para 2006, sus propuestas y estrategias dirigidas a ganar la confianza de la ciudadanía. Se despacharán los grandes asuntos que preocupan a los españoles y que marcarán el futuro de España en los próximos 15 o 20 años. Que Dios reparta suerte.

 
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