Publicar (o no) fotos y vídeos de atentados

¿Se deben publicar fotos y vídeos de asesinatos? ¿Se debe informar sobre ETA? ¿Qué aporta un degollado en una información? ¿No da alas al terrorismo esa publicidad? ¿No alimenta toda esa sangre el fanatismo?

Se trata de un viejo debate, complejo y con mil aristas. Lo traigo a colación porque este miércoles ardieron las redes sociales con críticas encendidas a la publicación de imágenes explícitas sobre el soldado decapitado en Londres. Hay quien insinúa incluso que sería mejor no dar publicidad alguna a estos sucesos porque el terrorista busca, precisamente, publicidad. Sin ella, su brutal acción carecería de sentido.

He reflexionado alguna vez sobre esta cuestión. Y pienso que hay algunas apreciaciones que se deben hacer al hablar del trabajo periodístico sobre esta materia:

a) En primer lugar, existe el derecho a mantener informada a la población de aquello que les amenaza y perturba. A esto hay que añadir que es preciso conocer al enemigo para poder vencerlo y la colaboración ciudadana se ha demostrado vital muchas veces para alcanzar esta victoria. Silenciar los hechos no ayudaría.

b) Tratándose, además, de un tema tan delicado como el derecho a la información, que afecta de forma tan directa a las libertades de los individuos –la libertad exige el conocimiento-, ¿quién se podría erigir en salomónico regulador con competencia para determinar qué deben saber y qué no los ciudadanos? Delicadísimo asunto.

c) Por otro lado, los terroristas buscan efectivamente la publicidad de sus acciones como un medio para hacer llegar al mundo sus reivindicaciones. Pero, ¿quién dice que lo evitará no dar publicidad a la explosión de un coche bomba que no ha causado daños personales? ¿No llevará más bien a que los terroristas busquen acciones tremebundas, que por lo espectacular de sus consecuencias (en pérdidas de vidas o daños materiales), sobrepasen a los filtros y censuras preventivas? Menuda espiral la que se originaría.

d) Hay otra objeción que hacer a los que piden discreción. ¿Es realmente posible ocultar un hecho tan escandaloso como una masacre que tiene lugar a pocos metros de tu casa? Si te toca es imposible darle la espalda. Es un hecho de relevancia internacional. Los actuales medios digitales harían inútil el apagón informativo... y los medios quedarían como algo residual.

e) Un último apunte. Como ha dicho algún experto estos días, con las plataformas actuales (teléfonos móviles, cámaras digitales, redes sociales, chats, mensajería instantánea...) las imágenes más polémicas, las fotos más duras, navegan a velocidad de vértigo entre los ciudadanos. Para los periodistas resulta ya imposible ignorar todo ese material. No sería lógico.

Más en twitter: @javierfumero

 
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