Rubalcaba, el hombre capaz de levantar una portada de El País

Las excelentes relaciones entre el consejero delegado de la compañía fundada por Jesús Polanco y Alfredo Pérez Rubalcaba se cimentaron hace muchos años. El tiempo no ha hecho sino consolidar esta entente, alimentada a base de favores mutuos.

Durante los 14 años de Felipe González en La Moncloa, el Grupo Prisa recibió innumerables favores del Ejecutivo: la compra de la SER, la absorción de Antena 3 Radio, la concesión de la televisión de pago (Canal Plus) en un concurso que se había convocado para adjudicar sólo tres canales en abierto (Polanco hizo entonces famosa aquella frase tan transparente que decía: “en este país no hay cojones para negarme a mí una televisión”) o el monopolio de la televisión digital.

Por otro lado, el diario El País ha sido el destino preferencial durante años de un sinfín de filtraciones promovidas desde el Gobierno que, curiosamente, sólo eran migajas para la Cadena SER. La buena relación de Rubalcaba ha sido siempre con el diario El País, por encima de todo. Los restantes medios de la compañía siempre han manifestado en privado sus ‘celos’ respecto al trato de favor al periódico por parte del político cántabro.

Destacados miembros del PSOE admiten que esa predilección del aparato de Ferraz hacia Prisa se cimentó también en un sentimiento algo irracional: el miedo. En los años 80, la oleada de escándalos aireados por la prensa, principalmente por el diario El Mundo (los GAL, el BOE, Mariano Rubio, Roldán, Filesa…), grabó en el ánimo de los dirigentes socialistas un cierto pavor hacia los medios de comunicación.

De ahí que se viera con muy buenos ojos que en aquellos años un miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ocupara la secretaría de prensa y destinara todos sus esfuerzos a tender puentes con los periodistas. Una secretaría, por cierto, donde aterrizó en 1986 un jovencito llamado José Luis Rodríguez Zapatero, que recibió estupendas lecciones en esta disciplina de su maestro Rubalcaba pero que, años después, se enfrentó a Prisa.

De Rubalcaba contaba Felipe González lo siguiente:

-- “Alfredo es de los pocos tíos que conozco que todavía sigue creyendo que la información es poder, pero el poder ya no es la información sino saber qué hacer con tanta información”.

Rubalcaba se movió siempre como pez en el agua en este terreno. Su amistad con Juan Luis Cebrián, a base de favores decisivos hacia este grupo de comunicación, selló su especial vinculación con la casa y, más concretamente, con el diario El País. Tiene hilo directo con la cúpula y mando en plaza. Hasta un punto casi inimaginable.

Una relación “concupiscente”

 

En el PSOE, no todos ven con buenos ojos el nivel de cercanía que ha alcanzado este maridaje Rubalcaba-Prisa. Miembros del Comité Federal hablan en privado de “una relación concupiscente”. Pero si continúas inquiriendo, llegan aún más lejos en sus afirmaciones: “Rubalcaba es más del Grupo Prisa que del PSOE”, admiten.

Destacados miembros del partido consideran que Alfredo a veces demuestra más celo por Prisa que por los propios intereses del PSOE o del Gobierno. Sin embargo, el vicepresidente suele cuidar las formas y utilizar esta privilegiada relación para beneficio de todos. Lo confirma el testimonio de un ministro del actual Gobierno, recogido por el periodista José García Abad, y que bajo el amparo del anonimato, se refiere así a Rubalcaba:

-- “A mí me ha llamado muchas noches para decirme que El País va a sacar tal cosa, que hablara con menganito para parar el golpe”.

Ese hilo directo, exclusivo, de Rubalcaba con los poderes fácticos del periódico se confirma con otros dos datos desvelados por profesionales de la cabecera del Grupo Prisa:

1. Los periodistas del diario han dado nombre a una extraña práctica que tiene lugar antes de la medianoche: el llamado “cierre Rubalcaba”. Alfredo ha tenido carta blanca durante años para echar una última ojeada a los titulares de portada, antes de que el periódico quedara listo para imprimir.

2. Ahora, en el diario El País, cuando preguntas a algún veterano por Rubalcaba, puedes escuchar algo tan tajante como esto: “Es el único que puede levantar una primera página, además de Cebrián”. Confirman que tiene un poder de influencia tremendo en la cabecera. Y que el vicepresidente primero juega a que le cuiden.

Mensaje para el ‘abuelo’ Rubalcaba

En este contexto hay que encuadrar el ‘mensaje’ que envió Juan Luis Cebrián hace unas semanas al presidente Zapatero, vía Rubalcaba, a cuenta de la operación Telecinco-Cuatro-Digital Plus.

A finales de octubre, El País publicó una noticia que llevaba el siguiente titular: “Los abuelos no suceden a los nietos” (véala aquí). El texto iba acompañado de una fotografía de éste junto a la ministra Carme Chacón y aludía a la existencia de posibles rivales llamados a pugnar con Rubalcaba en su eventual candidatura a suceder a Zapatero.

En plenas deliberaciones de la Comisión Nacional de la Competencia sobre el plan de Mediaset para la compra de Cuatro y un 22% de Digital Plus, en juego la propia pervivencia del Grupo Prisa… una velada amenaza de una guerra sin cuartel a cuenta del sucesor. Más claro el agua.

Visto lo visto, se puede concluir que el mensaje llegó a La Moncloa. Alto y claro.

La paradoja

El contrasentido de toda esta historia es que, si Rubalcaba & Friends maniobraban en los años 80 para lograr la supremacía de Prisa y Polanco, hoy se han forzado las cosas para salvar de la quiebra a esa misma compañía, pero otorgando el monopolio audiovisual en España al mismísimo Silvio Berlusconi.

No deja de resultar paradójico. Si don Jesús levantara la cabeza…

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