Ya sabemos para qué había vuelto Felipe González
Cuentan fuentes bien informadas que el papel jugado por Felipe González en el 38º Congreso Federal del PSOE ha sido muy importante.
Efectivamente, el ex presidente estuvo realizando gestiones con los delegados socialistas hasta el último momento para arañar adhesiones para Alfredo Pérez Rubalcaba. Centró todos sus esfuerzo en su negociado principal: las federaciones de Andalucía.
Felipe González se mojó porque, como el propio Rubalcaba ha desvelado, la decisión de concurrir a este proceso de Primarias contra Carme Chacón fue una idea del propio Felipe. Tuvo que convencer a Rubalcaba y tuvo que poner ahora toda la carne en el asador.
El papel tan activo de don Felipe en este proceso explica muchas cosas. Por ejemplo, el inusitado protagonismo que ha tenido en la política española desde el año 2010.
Su salida del ostracismo llamó entonces la atención de los analistas, tras tantos años fuera de foco, alejado de cualquier protagonismo, haciendo las Américas junto a su amigo Carlos Slim.
De repente, zas. El ex presidente estaba hasta en la sopa.
Recuerdo que dio alguna rueda de prensa de apoyo a Zapatero, quiso participar activamente en la batalla de las Primarias que tuvo lugar en Madrid y que ganó Tomás Gómez. Acudió a Cataluña para intervenir en las autonómicas apoyando a José Montilla. Ofreció aquella larga y polémica entrevista al diario El País en la que habló de la voladura de la cúpula de ETA...
Aquel regreso no parecía casual. Quizás intuía el hundimiento político de Zapatero, el fin del ‘buenismo’ socialista y la retirada del leonés que no iba a ser candidato a las elecciones de 2012.
Quizás entonces empezó a tramar, junto a su fiel lugarteniente Rubalcaba, la sucesión, la vuelta a la cordura de un PSOE dirigido por diletantes.
Lo cierto es que el golpe de gracia del tándem Felipe-Alfredo se consumó este fin de semana en Sevilla.
El sábado se conjuró el último movimiento que amenazaba con llevar al PSOE por la senda de ‘los otros’: por la senda de Carme Chacón & Compañía (Javier de Paz, Miguel Barroso, Jaume Roures y ese PSOE S.A. en la sombra), por la senda de la Zapatero con faldas (que diría Rodríguez Ibarra), por la senda de la reserva espiritual del zapaterismo (que diría El País).
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