Gauche caviar

Pablo Iglesias, en el acto con círculos de Podemos en octubre de 2016.
Pablo Iglesias, en el acto con círculos de Podemos en octubre de 2016.

El reciente episodio protagonizado por una joven pareja de clase obrera adquiriendo un estupendo chalet en la sierra con su piscina y barbacoa, demandando además privacidad para su “proyecto de vida” tras alentar no hace mucho escraches domiciliarios a diestro y siniestro, merece ser considerado como un hito más de la izquierda caviar, y eso que acumula ya innumerables dignos de mención. A diferencia de la beautiful people, que defendía los placeres de la libertad de empresa junto a su pétrea creencia socialdemócrata, los líderes antisistema nunca habían mostrado hasta ahora demasiada tolerancia hacia el capitalismo, a pesar de que haya sido el modelo que más pobreza ha conseguido erradicar a lo largo de la historia. Su vehemencia, sin embargo, ya se ha comprobado que no era muy sincera, como a diario sucede en otros mil casos que no afloran pero que todos sabemos que existen, desde el vecino de escalera que se las da de progre fardando de coches de alta gama hasta ese cineasta que se manifiesta tras la pancarta contra los recortes pese a tener los cuartos en paraísos fiscales, pasando por célebres cantantes que disfrutan de casoplones en la playa mientras vociferan en la calle en defensa de la “gente”. El mundo titiritero siempre ha sido fértil en estas cosas.

Al gran Gabriel Marcel se le atribuye una frase redonda, de esas que sí debieran ser compartidas por el móvil: “quien no vive como piensa, acaba pensando como vive”. Y esto es especialmente predicable de quienes organizan su presencia pública sobre determinado ideario. Como recoge el evangelio, somos lo que hacemos, no lo que decimos, porque por nuestras obras nos conocerán. De donde se sigue que censurar la opulencia de la supuesta casta y adoptar sus mismas maneras constituye una colosal corrupción ética y política, que no por someterse al criterio de terceros deja de erigirse en abismal fraude, como no dejaría de ser una completa falta de respeto y educación ventosearse en el ascensor por más que la junta de la comunidad lo permita tras someterlo a “consulta”. 

Esa grosera broma consistente en plebiscitar algo que de antemano se sabe que es incorrecto eleva este asunto a la máxima categoría de la desfachatez. La gauche divine, cuando era advertida se sus incoherencias, o bien reculaba o bien se entregaba a la causa liberal. Estos soberbios de hoy, en cambio, desafían las críticas enrocándose en su desvarío y tratando de convertir en cómplices a sus conmilitones, lo cual es de aurora boreal.

Aunque la derecha española también cuente con altas dosis de hipocresía en su trayectoria, como sucede con su constante apelación a los valores tradicionales y su realidad diaria atravesada de cleptocracia o de descuido de políticas sociales coherentes con su doctrina, es en la izquierda donde más chocante se advierte esta falta de criterio, quizá por el ardor con que habitualmente defienden sus postulados y su consideración de lo ideológico como una suerte de credo. Por eso, el bochornoso espectáculo que nos están brindando estos jóvenes idealistas chaletarios es difícil de calificar, y en especial por su desvergonzada intención totalitaria de hacer comulgar a sus correligionarios y a los demás con ruedas de molino.

Quienes han sido afortunados por la lotería procediendo de entornos desfavorecidos no es infrecuente que se muden pronto a vivir en zonas más lujosas, cambiando sus modestos hábitos por otros más burgueses. Lo que seguro que no se les ocurriría es preguntar a sus anteriores vecinos por esa decisión personal. Y mucho menos exigirles que la apoyen con entusiasmo.

Pero ya se ve que todo esto no va con las nuevas hornadas de la gauche caviar, esas que venían públicamente a conducirnos al paraíso proletario mientras negociaban a hurtadillas la compra de fincas fuera del alcance de los mortales. Ver para creer. 


Javier Junceda

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato