¿Crisis bancaria? No. Y España tiene líder sólido

La quiebra ordenada (“demolición controlada”) de dos bancos regionales en Estados Unidos generó pánico en los mercados financieros de América y Occidente, y también en España. Esos miedos, infundados, fueron alimentados por medios de comunicación y analistas, también por inversores institucionales interesados que (mucho) han ganado de todo este revuelo temporal que ha durado dos semanas. 

No estamos en ciernes de otra gran crisis financiera como la de 2007-2009 en Estados Unidos, que llegó a España en 2008 y derivó en una reordenación de todo el sistema financiero español (y lo contamos en estas páginas de Confidencial Digital, en aquellos años), que pasó de 95 entidades financieras, a media docena escasa, con la desaparición de las cajas de ahorro y el nacimiento de un gran líder nacional, CaixaBank, que absorbió Bankia por adquisición. Aquella crisis financiera derivó en recesión en todo el mundo, y en España duró de 2009 al segundo semestre de 2013, cuando el Producto Interior Bruto (PIB) español, volvió a crecer, aunque solo un magro 0,1%. Entre 2014 y 2019 el PIB patrio fue positivo, pero la pandemia del COVID y sus consecuencias nos devolvieron a una recesión de la que aún España no se ha recuperado.

Estamos resumiendo al máximo, porque todos estos acontecimientos, insistimos, ya los hemos contado en detalle en este Confidencial Digital a lo largo de los últimos 14 años. 

En Estados Unidos, la quiebra de Bear Sterns y, sobre todo el hundimiento de Lehman Brothers en septiembre de 2008, se dan por buenos como hechos y fechas del inicio de la Gran Recesión. Aquellos, eran bancos sistémicos, “too big to fail” y, visto con posterioridad, fue un error dejarlos caer, como reconoció Ben Bernanke, entonces presidente de la Reserva Federal (FED o banco central norteamericano), en dos de sus obras: “The courage to act” y “Firefighting: the financial crisis and its lessons”. Bernanke es, además, académico especializado en la Gran Depresión de 1929-1946, y siempre ha destacado que, en el peor año de la Depresión (1933), el gobierno dejó caer más de 1.000 bancos regionales y locales. Cuando desaparecen bancos regionales y locales, también desaparece el crédito a negocios y familias “locales”, lo que deriva en recesión y pobreza.

En marzo de 2023 han quebrado bancos americanos (Silvergate, Silicon Valley Bank y Signature); el gigante financiero suizo Credit Suisse “tuvo problemas” y, primero fue rescatado por el estado suizo y, después, comprado a precio de saldo (3 billones de euros) por su competidor UBS. A continuación, Deutsche Bank sufrió el contagio suizo y sus acciones cayeron. Por contraste con lo sucedido en la crisis financiera de 2007-2009, ahora, los problemas de los bancos citados no están relacionados entre sí y no hay efecto dominó. 

Silvergate y Signature, entidades financieras que quebraron en Estados Unidos a mediados de marzo de 2023, eran esencialmente plataformas de intercambio de cripto activos y, por tanto, situados al margen del sistema financiero norteamericano y mundial. Es como si hubieran vivido en un mundo paralelo. 

Su quiebra tiene que ver con el hundimiento del líder de ese sector, FTX, en octubre de 2022, donde hubo fraude y robo, según el regulador y autoridades norteamericanos. Los famosos NFT, cripto monedas, etc., son los activos intangibles que se han visto afectados, pero que no han salpicado al sistema financiero norteamericano. De nuevo: titulares de periódicos, generaron un incendio que no existía, por falta de fundamentos y, por tanto, sin madera, ni cerillas, ni mechero, ni fuego. Quebraron y ahí quedó la cosa. Como es un ámbito no regulado por la legislación financiera norteamericana, ningún cliente ha recuperado su inversión perdida, lo que tampoco ha hecho daño fuerte a nadie, porque los inversores eran billonarios.

Silicon Valley Bank (SVB)

El caso de Silicon Valley Bank (SVB) es distinto. Por activos (209 billones de dólares el día de su quiebra, 14 de marzo de 2023) era el decimosexto banco norteamericano. Sus clientes eran fundamentalmente startups de San Francisco, del Silicon Valley, de California. Es un mercado de 300 billones de dólares que financia la actividad de estas empresas tecnológicas nacientes, que no tienen activos, ni generan aún ingresos ni beneficios, pero que tienen que pagar alquileres y nóminas. El banco había invertido en bonos a largo plazo que, con la subida de tipos de interés en EEUU (de 0% al 5% en un año), solo generaban pérdidas. Un tuit de un inversor (aunque parezca mentira) desató el pánico, y miles de clientes exigieron a SVB la devolución de sus inversiones, depósitos y ahorros. En un día se esfumaron 58 billones de dólares de Silicon Valley Bank, que es lo que se llama un “bank run”. 

La FED intervino de inmediato, asegurando el dinero de todos los clientes. El presidente Biden y la secretaria del Tesoro americano, Janet Yellen, aparecieron en televisión garantizando los depósitos, más allá de los 250.000 dólares que exige la ley. Por resumir, el gobierno acabó encontrando un comprador para SVB, con todo tipo de garantías de la Reserva Federal. First Citizens, un banco regional, agrícola y propiedad de una sola familia (vigésimo quinto en el ranking de bancos americanos por activos) se ha hecho “por cuatro cuartos” con un banco sofisticado, de la meca de las tecnologías de la información americanas, Silicon Valley, con clientes que no necesitan hacer cola para pedir que le devuelvan sus ahorros, porque puede hacerlo el cliente directa y rápidamente con un “click” en la tecla “Enter” del ordenador, tableta o móvil. Y se acabó la crisis financiera en Estados Unidos.

 

Permanecen, eso sí, la inflación (del 6% en febrero, tres puntos inferior a la del mes anterior) y los miedos a una potencial recesión económica si la FED continúa subiendo los tipos de interés para controlar la inflación. El actual presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell está aplicando el manual de su predecesor en el cargo en 1980, Paul Volcker, quien, en circunstancias similares, pero mucho peores (la inflación era de dos dígitos y las políticas económicas del presidente Jimmy Carter derivaron en profunda recesión económica), subió mucho los tipos de interés para contener la inflación. Vino después una recesión económica en América y en Occidente, de la que Ronald Reagan sacó a su país con políticas liberales y capitalistas. Al igual que Margaret Thatcher en Reino Unido. Esto sucedió entre 1980 y 1990, más o menos.

En marzo de 2023, en América, como en Europa y Reino Unido, por tanto, también en España, los bancos centrales tienen que elegir entre la contención de la inflación, subiendo los tipos de interés, aún corriendo el riesgo de generar una recesión económica, y proteger la estabilidad financiera de los bancos y entidades financieras, esenciales para la economía y el buen funcionamiento de empresas y la vida de las familias. 

España no tiene crisis financiera pero sí un líder nacional

En Europa, hay bancos que tienen problemas, porque la deuda pública y corporativa que han asumido, es monumental. No es el caso español y, para muestra un botón: CaixaBank, el banco líder español por activos (más de 600.000 millones de euros), 22 millones de clientes, de los que 11 millones son digitales, y cuota de mercado líder en todos los segmentos financieros (banca privada, de inversión, consumo, empresas, familias, seguros con VidaCaixa, etc.), superior al 24% en todos los casos y, cuota de mercado global del 32% en el mercado español. Es un banco sólido, fuerte y sano, que incrementó sus beneficios +30% en 2022 (3.145 millones). 

El 31 de marzo celebró su Junta General de Accionistas, y todo fueron buenas noticias. La más importante, desde nuestro punto de vista, es su aportación al PIB español, del 1% (13.300 millones de euros, directa e indirectamente), y el compromiso social de CaixaBank, derivado “de llevar en su ADN (como reiteran su presidente José Ignacio Goirigolzarri y el CEO, Gonzalo Gortázar) la Obra Social de “La Caixa” o Fundación Bancaria La Caixa”, que es el primer accionista de CaixaBank, mediante Criteria Caixa, primer grupo financiero y empresarial español. 

CriteriaCaixa es un holding en que están empresas participadas por “La Caixa”, como Naturgy, Telefónica, Cellnex Telecom y CaixaBank, entre otras. Los beneficios (vía dividendos) de estas empresas, especialmente CaixaBank, financian las 50.000 actividades de responsabilidad social, (RSE, ESG, Sostenibilidad o como se le quiera llamar) que hace Fundación “La Caixa”, cada año. En 2023, su presidente, Isidre Fainé, que también lo es de Criteria Caixa, ha dedicado 538 millones de euros a la Obra Social de la Fundación (presupuesto máximo histórico), para financiar proyectos de educación con EduCaixa, investigación médica en la lucha contra el cáncer, sida y COVID con Irsi Caixa; difusión de la cultura, acercándola a la sociedad, con CaixaForum e, igualmente con la ciencia, mediante CosmoCaixa. 

Y estas obras sociales que financian los dividendos de firmas como CaixaBank -donde casi 4.000 empleados son, también, voluntarios de la Obra Social de “La Caixa- son las que más se ven. Hay otras con muy fuerte impacto positivo social que se ven menos: en 2022, casi 50.000 personas encontraron trabajo gracias a Fundación La Caixa, a su programa de reinserción laboral de colectivos desfavorecidos; cientos de niños/as, brillantes y esforzados estudiantes, pero sin recursos económicos, recibieron becas y medio millón de personas percibieron ayuda en su situación de pobreza, directamente de Fundación La Caixa o de entidades (Cáritas, de la Iglesia Católica; Cruz Roja,) que ayuda a financiar La Caixa.

Todo lo anterior es prueba de que una buena gestión empresarial, bancaria, como la que hace CaixaBank y se ha puesto de manifiesto en su Junta General de Accionistas, puede ponerse a disposición de, como dice un amigo de Isidre Fainé, “dedicarse a hacer el bien”.

No hay crisis bancaria ni financiera, ni en EEUU, ni en Europa ni en España. Algunas entidades tenían problemas, sí, pero, como vimos al principio, la rápida actuación de las autoridades hizo de cortafuegos impidiendo el contagio. 

Tener esto presente es muy importante para la población general, la sociedad, las empresas y las familias, para que estén tranquilas, porque su dinero está seguro. Otra cosa es que los bancos no quieran remunerar -como sí hacían en los años ochenta del siglo pasado- los ahorros y depósitos de sus clientes, pero esto, es ya harina de otro costal…

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato