A Miguel Ángel Moratinos y Diego López Garrido que optan por la pasividad ante las agresiones contra empresas españolas en Bolivia
Desde que el presidente de Bolivia, Evo Morales, en uso de las facultades que tiene como máximo mandatario del citado país, nacionalizara los hidrocarburos, han llamado la atención de los ciudadanos la tibieza del Ejecutivo en la defensa de los intereses españoles en la zona. La segunda medida polémica, que afectará al BBVA, también ha merecido sólo débiles respuestas de insignes representantes del Gobierno como el Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, o del portavoz del grupo parlamentario socialista, Diego López Garrido. De tantas veces que lo ha mencionado el Gobierno, nos ha quedado claro que Evo Morales puede hacer lo que quiera con los recursos de su país. Pero del mismo modo también se espera una defensa más contundente de nuestras empresas y trabajadores. Los españoles quieren ver a su Ejecutivo fajarse en la lucha por sus intereses, y no cuidar tanto las formas en aras de una diplomacia sospechosa. ¿Se actuaría de la misma manera si enfrente estuviera George Bush y no el amigo cocalero? Guindilla a la tibieza gubernamental.
