Diálogo de besugos en el PP

Entre el PP catalán y la dirección nacional del partido no debe existir comunicación o si la hay debe tratarse de un diálogo para besugos. El popular Rafael Luna, secretario cuarto del parlamento catalán, ha viajado a Quebec junto con la delegación encabezada por el presidente de esa cámara, Ernest Benach, a fin de promocionar Cataluña en la provincia canadiense.

No se entiende que un representante del único partido de ámbito nacional que se muestra en contra de la falaz "nación de naciones", propugnada por nuestro magno presidente, se preste a este tipo de juegos. Según Benach, Cataluña y Québec "representan dos naciones históricas que intentan preservar su identidad, lengua, cultura y autogobierno".

Luna se suma así, siquiera de forma indirecta, al victimismo nacionalista catalán y a su reivindicación secesionista, cosa que a los que le conocemos por sus obras tampoco nos sorprende demasiado.

Lo que sí sorprende es que nadie de la Ejecutiva de su partido reprenda esos comportamientos al más puro estilo piqueriano-conciliador, intentando estar solo a las maduras, nunca a las duras. Por otro lado, las súplicas populares a los nacionalistas de CiU, cuyo líder osó acudir ante notario para dejar constancia pública de su repudio al PP, están acabando de desconcertar a un electorado menguante que ya dio su primer aviso en las autonómicas, al desviar parte de sus votos hacia una formación embrionaria que, al menos, tiene claro algún principio que no piensa traicionar.