Pena de muerte para Sadam Husein

El depuesto presidente iraquí, Sadam Husein, ha sido condenado a morir en la horca. El Tribunal también ha decretado pena capital para el hermanastro de Sadam, Barzan Ibrahim al-Tikriti, y para el antiguo presidente del tribunal revolucionario Awad Hamad al Bandar, que emitió las sentencias de ejecución.   El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha asegurado que ni la Unión Europea ni España son "favorables a la pena de muerte". Y, por supuesto tampoco la Iglesia católica aprueba esta sentencia, añado yo. Continúa Zapatero, que el ex presidente iraquí "debe responder por sus actos". Por supuesto él y todos “debemos responder de nuestros actos”, pero no estoy de acuerdo con la sentencia de muerte que le ha sido dictada, nadie tiene derecho a quitar la vida a otra persona. Habrá que utilizar la justicia y no la venganza, aún cuando sabemos que el ex dictador es responsable de cientos de miles de muertes.   Espero que Amnistía Internacional y las altas instituciones competentes recurran a solicitar que cumpla una condena perpetua y como todos los seres vivientes para comer tenemos que trabajar, que también dentro de las posibilidades que le permitan su salud física trabaje. El trabajo no es un castigo, sino todo lo contrario. ¿Y porque no podíamos pensar, que en su refugio, tuviera la oportunidad de reflexionar sobre el pasado y arrepentirse de cuánto ha hecho?