El jamón

Señor Presidente D. José Luis Rodriguez Zapatero, no le pido que reconozca que, a pesar de sus discursos llenos de poesía futurística sobre lo bien que vamos y mejor que vamos a ir dentro de nada, vamos -y lo que te rondaré morena...- muy mal; no le pido que reconozca de una puñetera vez que nuestras tropas en Afganistán están en guerra contra los talibanes; no le pido que reconozca que pagamos una pasta ganza a todo atrevido que se le ocurra secuestrar a nuestros pesqueros o a cualquier desaprensivo de turismo solidario en tierras que a nadie en su sano juicio se le ocurriría meterse; no le pido que deje de bajarse los pantalones frente a las provocaciones de Marruecos y se pase usted, temporadas enteras, con su trasero en pompa mirando a tierras de moriscos; no le pido que deje en paz a los católicos que nada le hemos hecho; no le pido que deje los crucifijos dónde están que, dónde están, mal a nadie hacen; no le pido que deje de fomentar los crímenes de miles de niños inocentes con sus leyes sobre el aborto; no le pido que deje de maltratar y machacar a la institución familiar de toda la vida que solo bien ha aportado a este país, esta España  nuestra ¡ay que sería de nuestros parados sin el amparo de la familia!; y por cierto, no le pido que haga usted algo serio por los casi cinco millones de parados que esperan en colas interminables para encontrar un trabajo; no le pido que deje usted de derrochar el dinero de todos los españoles en comprar votos para apalancar su poder y en otras frivolidades increíbles. No le pido nada de eso.

Solo le pido que, por favor, haga usted algo para que yo, estas navidades, me pueda comer en paz un jamón que me han regalado y que, para conservarlo en su punto, tengo colgado en el balcón de mi casa y, no vaya a ser que un morito quisquilloso, de paseo por la calle, me lo vea, y acabe en los juzgados de la plaza de Castilla ¡Manda huevos! ¡MANDA HUEVOS!