María Elósegui

Vaya por delante mi felicitación a esta nueva Juez. Creo que va a hacer un papel muy importante en este Tribunal, introduciendo criterios de sensatez y científicos, no ideológicos. Creo además que se han dado una serie de circunstancias que la han favorecido. Pero así son las cosas. Para que a uno le toque la lotería, tiene que comprar el billete. Para ser nombrada a un cargo, hay que estar ahí. Y María Elósegui estaba ahí.

No obstante, ¿cómo podemos conjugar la discriminación positiva en favor de la mujer con los criterios de mérito y merecimientos?. Porque lo que tampoco puede ser es que, como decía una Asociación ante los nombramientos de cargos en el Tribunal Supremo que han tenido lugar la semana pasada, “para todos esos cargos había que nombrar mujeres”. ¿Aunque tuviesen menos méritos que sus colegas los hombres?. Este es un tema delicado, pero hay que ser prudentes para conjugar discriminación positiva y méritos. Si no es así, hagamos nombramientos de libre designación en favor de las mujeres y así, al menos, sus colegas varones se ahorrarán enviar curriculums.

Algunas personas han criticado el nombramiento de María Elósegui por sus opiniones. Son los representantes de la nueva Inquisición española que no vacilarían en enviar nuevamente a la hoguera a los que no piensan como ellos. Han olvidado principios tan elementales como pluralidad ideológica y científica y tolerancia. María Elósegui tiene sus opiniones, muy bien fundamentadas por cierto, y llenas de sentido común, que confrontará, en el seno del Tribunal, con las opiniones de otros colegas suyos europeos. Y de ahí saldrán sentencias ponderadas, que enriquecerán el acervo jurídico europeo.

 
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