Los socialistas españoles, como los norcoreanos

El primero de los “Diez Principios para el Establecimiento del Sistema de Ideología Única” en Corea del Norte dicta que se debe “unificar a toda la sociedad con la ideología revolucionaria del Gran Líder”. La sociedad norcoreana se rige por este principio, junto a otros nueve de similar redacción e intención. En su sistema dictatorial nadie cuestiona al Gran Líder. Diga lo que diga. Y haga lo que haga. 

Parece increíble que en un país libre, moderno y perteneciente a la Unión Europea como es España, un sujeto como Pedro Sánchez haya logrado algo parecido en el mismo partido que lo expulsó hace tan solo 8 años. Y no me refiero a acallar a los LambanesPages y otros elementos que se llenan la boca con declaraciones públicas y luego acaban apoyando todo aquello que critican. De hecho, diría que esos incluso tienen un pase porque, al fin y al cabo, cobran y viven del partido. Lo que supera todos los límites de la cordura es que sus votantes traguen absolutamente con todo. Toleran cada mentira. Justifican cualquier acción aunque vaya contra el interés general de los españoles. Defienden a capa y espada las innumerables huidas hacia adelante de su presidente. Y si uno les llama la atención por ello… bueno, ya saben ustedes: es porque es facha.

Muchos pensaron que la maquiavélica obra de Sánchez estaba terminada tras mentir compulsivamente en campaña electoral. Pero se equivocaban. Tampoco llegó a su cima cuando logró mantener la Moncloa aupado por los mismos que quieren destruir España. Ni siquiera con su decisión de ceder gobiernos a quienes apoyaron el tiro en la nuca a sus compañeros de partido. O cuando entregó territorios españoles históricos a Marruecos a cambio de… ¿nada? 

Eso eran solamente “metas volantes”. La ley de amnistía, que justifica a delincuentes y prófugos mientras destruye la igualdad entre españoles, prometía ser su gran obra. Su legado histórico. Pero no, estimados lectores. La guinda absoluta, el remate final, la maniobra definitiva de Sánchez, es hacer todo lo descrito y que la mayoría del electorado socialista- que teóricamente no comulga con nada de lo anterior- le siga justificando y apoyando ciegamente. 

Es tal el nivel de adoctrinamiento colectivo, que incluso personas a las que uno conoce desde hace años, a las que considera formadas y coherentes, pueden sorprender con respuestas como “yo no estoy de acuerdo con la amnistía, pero prefiero eso a que gobierne la derecha”. Sin aportar argumentos. Sin análisis. Sin lógica alguna. En definitiva, sin coherencia, como todo lo que rodea a Sánchez. Pero -eso sí- con disciplina militar. 

Los socialistas de 2016 no podían ni ver a Pedro Sánchez. Los de 2024 prefieren aceptar las barbaridades del Gran Líder que abrir los ojos y levantar la voz. Si lo piensan ustedes, en realidad es lo mismo que ocurre en Corea del Norte… salvo porque aquí tienen información y libertad de elección. Lo cual lo hace todavía más triste y lamentable. 

Al final, tenemos lo que nos merecemos. España avanza con firmeza hacia su autodestrucción. Qué pena.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la consultora internacional de comunicación 3AW.

 
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