Auge de la extrema derecha, no en España

La crisis económica y otros factores (nacionalismo rabioso, xenofobia, etc.) pueden explicar el crecimiento en Europa de la extrema derecha. El caso más notable es Francia, donde el Frente Nacional sería la primera fuerza en intención de voto.

Algo semejante, pero no tan grave, ocurre en países como Austria, Bélgica, Bulgaria, Grecia, Hungría, Italia, Serbia... Y no se libran ni siquiera las avanzadas Suecia, Holanda o Dinamarca ni la neutral Suiza ni la educada Finlandia. En todos estos países el porcentaje de votos de la extrema derecha supera el 5%.

No en España: la suma de los muchos grupos encuadrables en ese rótulo no consigue, en elecciones, ni un 1%.

Aquí, la crisis, la corrupción y el cansancio después de casi cuarenta años de democracia ha cristalizado en un partido como Podemos, camaleónico, primero de extrema izquierda, luego pretendidamente socialdemócrata y ahora avanzando hacia “la centralidad del tablero”, en palabras de Iglesias, que ha mamado del comunismo durante casi toda su vida.

¿Cómo se explica? ¿También ahora “Spanish is different? Una explicación sería: gobernando la derecha después de unos años de sonado fracaso socialista es comprensible que lo que surja sea de izquierda. Una izquierda que quiere ser centro sin renunciar a medidas estatalistas: la cuadratura del círculo.

A eso se añade que en un país tan televisivo como España, Pablo Iglesias aprovechó durante años muy bien este medio, además de una presencia continua y machacona en las redes sociales.

Se ha repetido hasta la náusea que, existiendo mucha gente que no tiene nada que perder, votará a Podemos a ver qué pasa.

Ignoro si estas explicaciones son suficientes. De todos modos el fenómeno español es singular, una vez más. Cuando en casi todas partes crece la extrema derecha aquí surge una extrema izquierda disfrazada que se sostiene solo con palabras y con el apoyo del régimen chavista. Sí, España es diferente.

 
Comentarios