Catalunya, t’estimo

He sentido siempre un definido amor por Cataluña: la tierra, la lengua, la literatura, la gente, la capacidad de recibir a los de fuera... Hay pocas cosas que me emocionen más que la sardana, con esa festiva seriedad, ese orden clásico: “la dança mes bella de totes les dances que es fan i es desfan”, como escribió Maragall, Joan.

¿Será la política errática de Mas una sardana que se ha vuelto loca? La sardana se “desfa”, se deshace, pero para luego rehacerse. Mas y los de Esquerra solo están ocupados en deshacer la unión de Cataluña con el resto de ese trabajoso país que es España. En el siglo XII Ramon Berenguer III, “el gran” se casó nada menos que con María Díaz de Vivar, hija del Cid.

Pese a  la presión de la Generalitat en favor del separatismo,  pienso que una mayoría de catalanes no quieren irse  de España y las encuestas, en lo que valen, parecen confirmalo. Lo que pasa es que muchos catalanes, como pasa en todas partes, son sensibles a la moda, a lo que parece llevarse: se suman a lo que suena a mayoría. En esto se separan de un rasgo cultural catalán, desde hace siglos; el “bon seny”, el sentir ajustado, el sentido común.

El reciente acuerdo Mas y Junquera no es de “bon seny”. Es huída hacia delante, una cierta demencia. Después de haber metido tanto  la pata no saben cómo sacarla. Para colmar el ridículo, puede ser que Podemos los saque del apuro al achicar aún más la ya minoría separatista.

Estimada Catalunya, que no es mereix això.

 
Comentarios