C’s, estrategia y oportunismo

Un ideario es pintar como querer. C’s dice quese nutre del liberalismo progresista y del socialismo democrático. En la articulación de ambos encontramos los principios que hoy fundamentan la convivencia en todas las sociedades avanzadas” Sí y no. Sí, porque esas sociedades hacen todas una política parecida. No, porque no es esas ideologías, que a ver qué son ya, sino por pragmatismo.

Sigue: “esas dos tradiciones políticas parten de una base común configurada en la época de la Ilustración: el predominio de la razón, por encima de los sentimientos”. Muy discutible desde el punto de vista de la filosofía política, pero, además, lo que domina hoy, en la posmodernidad, también en C’s, es el aprovechamiento de los sentimientos: cansancio de la política al uso, desamparo ante el paro, asco por la corrucpción, ganas de dar un meneo a todo a ver qué pasa... etc. La gente no vota guiada por la razón. Si lo hiciese, muchas veces en lugar de votar a alguien lo haría en blanco.

C’s unas veces apoya al PSOE y otras al PP. Se mantiene casi equidistante. Pero no hay un pensamiento de fondo original. Es, en su extensión a media España, un partido de aluvión, que recoge lo que otros pierden.

Esa casi equidistancia puede ser uno de los motivos por los que C’s quizá no consiga en las generales tantos escaños como sueña. Porque quienes seguían pensando en irse del PP a C’s se pueden dar cuenta de que con eso favorecen un gobierno del PSOE, y se lo piensan mejor. Lo mismo quienes, del PSOE, pensaban votar C’s –aunque parecen menos-, entienden que, si crece C’s, favorecerían un gobierno del PP.

Pero en política no manda solo la razón. Las urnas están repletas de sentimientos, desahogos, frustraciones y revanchas. Y de modas. La coleta de Iglesias está en baja y sube la carita de Rivera. ¡La Ilustración, vaya broma!

 
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