Una idea simple y plana

Así de simple y de plano. No hay la menor complejidad o ingenio. Todo está muy mal y, por tanto, hay que cambiar.

Esto del cambio es un mantra que dicen todos cuando no están en el Poder. Porque cuando están lo que quieren es perpetuarse, es decir, que no haya cambio. Por eso a lo del cambio hay que darle una importancia muy relativa.

Sea como sea, a impulso de emociones más que de análisis el bipartidismo ha entrado en crisis. Primero, en las elecciones andaluzas. Después, previsiblemente, lo hará en casi todas partes.

“La gente lo ha querido”. En democracia criticar lo que quiere la gente es el mayor de los pecados. Pero no sé por qué. La gente, nosotros todos, podemos equivocarnos oyendo los cantos de sirena de Podemos y los menis estridentes de Ciudadanos.

Otro mantra: “Es bueno que haya pactos”. O no. Nuestra experiencia con los tripartitos y los cuatripartitos ha sido todo menos decorosa. Cuando hay muchos, todos quieren mandar y en ponerse de acuerdo en el reparto de cargos pasan la mitad del tiempo. Ya es difícil que un solo partido, gobernando, anteponga siempre los intereses generales a los del propio partido. Imaginarse dos o tres.

Pero nada puede hacerse contra una suma de emociones, ideas simples y no del todo racionales. A veces, en la vida personal, nos movemos por impulsos con resultados de los que luego nos arrepentimos.  La suma de esos errores, a través del voto, puede dar origen a algo semejante.

 
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