He tenido un sueño

Primero les preguntaba a los cuatro, mientras soplaba un fuerte viento, que por qué jugaban con las necesidades y los problemas de la gente común, de quienes no tienen otro recurso político que el voto. No contestaba nadie.

Después me dirigía a Rajoy, que estaba solo en la cabina:

-Sé que el suyo es el partido mas votado y agradézcaselo a esos casi ocho millones que a pesar de una corrupción que apesta siguen fieles. ¿Por qué no tiene más imaginación, por que no cambia un discurso que es ya cansino?

Sánchez fingía llevar el timón y antes de que yo dijera nada dijo él:

-¡No, no, no es no! ¡No Rajoy, no PP, no!

-Pero...

-¿Qué parte no ha entendido del no?

Lo dejé y fui hasta Iglesias, que estaba erguido en la proa con uniforme de vicealmirante. Hablaba solo:

-Cedo un poco para tener más; buenas palabras para después mucho poder.

 

Lo dejé también.

A Rivera, en cubierta, mirando a izquierda y derecha, le dije:

-Reconozco su buena voluntad y entiendo sus ganas de contribuir. Pero sus cuarenta diputados no dan más de sí.

Entonces el sueño cambiaba. El barco encallaba en unos bajíos. Yo tenía un altavoz y me escuchaban los más de treinta millones de electores, que estaban en la orilla. Les decía:

-Sé que es difícil ir a votar de nuevo pero pensadlo mejor, dejad a un lado prejuicios y fobias y poned un poco de racionalidad.

Entonces oí como una voz hecha de muchas voces que decía:

-¿Como se puede elegir entre cuatro si los cuatro, unos de una manera, otros de otra, o nos engañan o no dan más de sí?

El sueño cambió de nuevo. Vi unas urnas casi vacías, con un 85% de abstención, flotando en la mar. El barco, tocado y hundido. Muchos políticos con chalecos salvavidas... Al pueblo nos llegaba el agua al cuello...

Entonces me desperté.

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