La vida concreta del municipio
El municipio es lo más concreto, pero se hablará de él con generalidades. No hay tiempo ni espacio en los medios para dar cuenta de lo que van a vivir en concreto en este mes, de los 8.115 municipios existentes, no ya los 400 con más de 20.000 habitantes, sino los casi 5000 con menos de 1000.
La vida concreta de la gente concreta alejada de la general pomada no suele interesar a casi nadie, a no ser que se produzca un drama tipo Puerto Urraco. Pero esa es la realidad de muchas personas, teniendo que lidiar con el clima, con una vejez desamparada o con la tristeza de ver como el pueblo se despuebla.
Llegarán las elecciones, se hará un recuento general y, con la suma, se dirá que ha ganado el PP o el PSOE, porque no pienso que Ciudadanos y Podemos rasquen mucho en lo rural: ellos son urbanitas, van de listos, de saber todo.
Estoy convencido de que, salvo algún que otro aprovechado, en esos casi cinco mil municipios alcaldes y concejales, de cualquier partido, son gente preocupada por la gente y que hacen lo posible con los pocos medios con que cuentan. Son los héroes concretos de la política cercana, la de la calle, la que no va por ahí en tuits, la pegada a la tierra.
El ser humano tiene una innata tendencia a generalizar y es muy proclive a una retórica de generalidades y de grandes números. ¿Quién ganará en Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia? Ríos de tinta. Nadie se ocupa de quién ganará en Pinares del Monte (nombre inventado), un pueblo de montaña de 375 habitantes, menos uno, Feliciano, que murio ayer a los 89 años, un viejo pastor.
