¿Qué estudios elegir? Una decisión difícil y necesaria de los jóvenes

Examen de Selectividad.
Examen de Selectividad.

En estos momentos, la mayoría de los alumnos de bachillerato están estresados, no sólo por la preparación de la EVAU y la calificación obtenida, sino también porque la elección de los estudios sea lo más acertada posible. Hay alumnos que, durante los estudios previos al bachillerato, han sido capaces de descubrir lo que les gusta y conocer el potencial que poseen, el que les va a permitir elegir unos estudios u otros.

Aunque, considerando el Sistema Educativo Español, lo más acertado sería que la elección de los nuevos estudios la hiciesen al finalizar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), ya que así no dejarían de considerar la posibilidad de elegir un grado de Formación Profesional (FP), en lugar de ir directamente al Bachillerato. Hoy en día, la FP todavía se considera una opción de “segunda clase” o que es para los malos estudiantes. Pero esta idea no es cierta, ya que la formación profesional de grado superior permite acceder a la universidad y, por otro lado, porque la falta de personal de determinados servicios profesionales les puede resultar atractivo para conseguir un buen desarrollo personal y profesional. Además, desde hace unos años, en España ya existe la FP dual, con la que se pretende desarrollar la formación del alumnado en situaciones y contextos reales de trabajo. Este tipo de formación contribuye al éxito escolar y profesional del alumnado porque los alumnos están más motivados y la inserción laboral de sus titulados se adelanta, como consecuencia del contacto anticipado con las empresas.

Cuando hablas con alumnos que se enfrentan a esta situación, ellos mismos comentan que les resulta difícil elegir y que no saben qué deberían priorizar entre todo aquello que les ronda por la cabeza: gustos, capacidades, salidas profesionales, etc. Ante este dilema, yo les ánimo a que vean este momento como una oportunidad para conocerse mejor, que reflexionen sobre lo qué les gusta hacer, qué se les da bien, qué les motiva y qué quieren lograr en su vida profesional. Otra tarea que ayuda a hacer una buena elección es informarse sobre los distintos grados, sus planes de estudio, sus requisitos de acceso, su prestigio, etc. 

En realidad, muchos estudiantes, a la hora de elegir sus estudios, se fijan exclusivamente en las posibles salidas profesionales de los distintos estudios universitarios que les permite su “nota de corte”. Al valorar el mercado laboral los estudiantes deberían analizar su demanda actual y futura, sus condiciones de trabajo y sus posibilidades de desarrollo. Aunque, como me recordaba un colega, las salidas profesionales las buscan las personas, es decir, “no hay estudios con salidas, sino personas con salidas”. Por otra parte, deben tener en cuenta que, hoy en día, las empresas o las compañías prefieren formar a sus futuros trabajadores por medio de cursos o másteres específicos. Por esto, las empresas se fijan más en las características personales, la personalidad, las actitudes, las capacidades, las motivaciones, las aspiraciones, (…) de las personas a contratar. 

Además, los estudiantes que eligen estudios universitarios aspiran a conseguir un sueldo que les permita tener un nivel de vida alto, igual o mejor que el de sus padres. Pero a estos jóvenes hay que ayudarles a “poner los pies en la tierra” porque olvidan o desconocen el elevado porcentaje del paro actual, los sueldos bajos, la temporalidad del empleo, la transformación del empleo, la evolución de la economía, etc.

Sin lugar a duda, la elección de los estudios resulta ser una tarea ardua y compleja para los jóvenes. Por esto, sería de gran ayuda que en los centros educativos se impulsase una orientación profesional desde los estudios más básicos. 

Estoy convencida de que esta elección debe hacerse libremente, ya que se trata de un proceso personal. La decisión final debe estar basada en los propios criterios y objetivos, aunque no está reñida con la buena costumbre de que los estudiantes pidan consejo a sus padres, a sus profesores o a profesionales relacionados con los estudios a elegir. 

Al mismo tiempo, desde mi experiencia, pienso que lo más importante es estudiar lo que les guste o aquello para lo que se vean capacitados, y que se esfuercen todo lo necesario para aprovechar los estudios elegidos y asegurarse un desarrollo profesional satisfactorio.

Tomasa Calvo Sánchez

 

Catedrático de la Universidad de Alcalá

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