Bienvenido el turismo norteamericano

Al calor de las nuevas concepciones de la Administración Obama en relación con Cuba, surgen con mucha fuerza proyectos de leyes en el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos para que se levante la prohibición de que ciudadanos norteamericanos puedan viajar a la isla, y termine una política sin sentido de que sea el único destino en el planeta que no puedan visitar libremente.

En el Senado, el proyecto fue presentado por Byron Dorgan, demócrata por North Dakota, y Mike Enzi, republicano por Wioming, y es respaldada por un amplio bloque bipartidista. En la Cámara, lo elevaron William Delahunt, demócrata por Massachusetts, y Jeff Flake, republicano por Arizona, con 120 patrocinadores bipartidistas. También hay un proyecto de Jerry Morgan, representante republicano por Kansas, que persigue eliminar los obstáculos a la venta de productos agrícolas y permitir las transacciones financieras directas.

Esas iniciativas recibieron un fuerte impuso con la reciente decisión del Presidente Obama, de liberalizar los viajes de los cubano-americanos a Cuba y el envío de remesas a sus familiares, a lo que se une la adopción de medidas flexibilizadoras en los campos de las comunicaciones y las transacciones bancarias, en beneficio de la población residente en la Isla.  

El turismo norteamericano indudablemente tendrá implicaciones económicas favorables a Cuba. Se estima que en el primer año de levantarse las prohibiciones se pueden esperar viajes de no menos de un millón de turistas. Además, podría tener una significativa influencia política, pues reduciría considerablemente los niveles de hostilidad existentes entre ambos países, lo cual ha sido muy beneficioso para los enemigos de los cambios dentro del gobierno cubano.

Asimismo, la llegada de una cantidad tan importante de ciudadanos norteamericanos con una elevada cultura democrática representará gran influencia en el aspecto ideológico. No puede olvidarse que en Cuba siempre ha existido gran simpatía por las tradiciones y cultura de la nación vecina , ahora elevada porque gran parte de la población cubana tiene familiares en Estados Unidos y en los últimos tiempos la Administración Obama desarrolla una política más inteligente y racional que ha intensificado el acercamiento.

Por el contrario, en Cuba tras 20 años de crisis general, la gran atracción de que gozaron las autoridades se ha desvanecido, dejando un considerable vacío político, que podría ser ocupado por nuevas ideas que ofrezcan un futuro próspero, con posibilidades creativas para la población, libertad y democracia. 

Por supuesto, la materialización de esas propuestas de leyes promovedoras de un escenario más propicio para proseguir los esfuerzos por forjar un destino mejor, continúan afrontando muchos enemigos dentro del gobierno cubano y desde el exterior. Son quienes mantienen una posición conservadora opuesta a todo cambio en las relaciones cubano-norteamericanas, y seguramente tratarán de poner todos los obstáculos posibles al entendimiento entre los pueblos.

La llegada de los cubano-americanos, a los que podría sumarse el turismo norteamericano y el fortalecimiento de los contactos científicos, culturales, deportivos, religiosos y otros, se produciría en un momento muy especial, cuando el totalitarismo sufre una fuerte debacle ideológica. Ya se aprecian serias grietas en el régimen con la abrupta separación de personajes que se tenían como muy sólidamente posesionados, pero han sido acusados de indignos, sin mediar explicación alguna. A ello se suman serios escándalos de corrupción a los que el pueblo relaciona altos dignatarios.

Paralelamente, valiosos artistas, músicos e intelectuales por distintas vías y variados métodos, hacen fuertes críticas a la situación imperante, asqueados por el insoportable ambiente social. Prácticamente hoy sólo el sector más mediocre de la cultura mantiene silencio o una posición clientelar, consciente de que su carencia de talento encuentra en el régimen la garantía para mantenerse en un nivel intelectual que no le corresponde.

 

Hay que aclarar que sería ingenuo pensar que con la llegada de nuestros compatriotas y el turismo norteamericano el totalitarismo desparecerá. Estos factores pueden crear un nuevo entorno seguramente más propicio para los esfuerzos del pueblo cubano para la conquista de la democracia y sus derechos, pero en primera instancia será la decisión del pueblo cubano de sobreponerse al miedo y la apatía, lo que logre la libertad.

La solidaridad internacional y el apoyo de otros pueblos indudablemente alentarán, pero tendremos que ser los cubanos con nuestros esfuerzos y sacrificios quienes demos fin a esta tenebrosa etapa totalitaria y conquistemos el derecho a construir una Patria nueva.

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