Cámaras en los cuernos

De entre todas las noticias del sector audiovisual de los últimos días, me quedo con la reaparición de Paolo Vasile en el Fórum Nueva Economía. Vasile dijo, entre otras cosas, que no renuncia a que Tele 5 se mantenga en los entornos del 20% de audiencia media a pesar de la multiplicación de cadenas y las complicaciones crecientes de cada una de éstas para encontrar su propio hueco. La reivindicación del 20% destaca aún más porque se produce sólo unos días después de que el Consejero Delegado de La Sexta, José Miguel Contreras, explicara que su cadena prevé lograr un 8% en 2010, año del apagón analógico. Está claro que o bien Vasile y Contreras se mueven en dos modelos de negocio diferentes, o uno de los dos se equivoca en su análisis del mercado y la cadena que lidera lo va a pasar muy mal en los próximos años.   Entre el crudo realismo de Vasile, que cifra la viabilidad futura de las cadenas generalistas en abierto—o al menos eso es lo que parece- en la combinación de tres factores: (a) que las TV públicas renuncien a una porción sustancial de la tarta publicitaria; (b) que las nuevas cadenas digitales se mantengan indefinidamente en el pozo de los deseos, y (c) que los competidores lo hagan peor que él y se peguen el batacazo; entre el análisis de perro viejo de Vasile, digo, y el amable optimismo de Contreras, que aspira a alcanzar la rentabilidad en el 2008, es difícil saber con cuál de los dos quedarse. Con que lo tengan claro los accionistas de cada cadena, es suficiente.   Tampoco es fácil prever cuál será la evolución inmediata del mercado de televisión de pago. Hasta hace menos de tres años, era raro el analista cuyas previsiones de crecimiento de este mercado no mantenían a la televisión digital por satélite como líder indiscutible del futuro a largo plazo. Pero la realidad es tozuda y los indicios de estancamiento en el número de clientes de Canal Satélite Digital tras la absorción de Vía Digital, dan paso ahora a datos que confirman que no sólo se ha detenido el crecimiento en la base de abonados de la televisión de pago de Sogecable, sino que ha perdido clientes en términos absolutos. La compañía insiste en que la reducción en la base de abonados se compensa con un mayor ingreso medio por cliente, pero ni siquiera este extremo parece totalmente claro.   El problema a medio y largo plazo será aún mayor, cuando el liderazgo del operador de cable ONO en el consumo de televisión de pago se afiance más, a la vez que aumenta la competencia directa de Imagenio, la televisión de pago por Internet de Telefónica. En la actualidad, con la mitad de clientes que Digital Plus, ONO supera en un 40% la cuota de audiencia de la plataforma de Sogecable. Esto significa que, para los abonados de ONO, el producto televisivo que este operador les oferta tiene un valor sustancialmente superior al que tiene para los abonados de Digital Plus la oferta de televisión de pago de Sogecable. Es cuestión de tiempo que los clientes de un lado terminen por trasladarse al otro. O por salirse del todo del mercadeo del pago convencional.   En el sector de la televisión pública, la palma informativa de las dos últimas semanas se la lleva Telemadrid. ¿Qué pasa en el ente madrileño para que lo protesten no ya el PSOE y los sindicatos, sino los propios aliados internos, los que aparentemente estaban en el mismo bando? La salida de Germán Yanke –inaudita en el fondo y en las formas--, a la que sólo ha tardado una semana en sumarse Mabel Rubio, durante 10 años directora de “Madrid Directo”, y el acompañamiento escrito de nada menos que un ex director general de la casa en tiempos de Aznar, Francisco Giménez-Alemán, que llegado el momento de decir ¡basta! lo ha dicho en voz muy alta y nada menos que a través de “El País”, parecen indicar que hay mucha más movida de la que pretenden transmitir los actuales gestores del ente.   Y más sobre televisión. Un naturalista americano, con vocación de empresario de medios, ha lanzado un canal de televisión por Internet que transmite durante las 24 horas del día la imagen en tiempo real que captan cámaras de televisión instaladas en cornamentas de ciervos. La idea de Tom Brooks, que es como se llama su promotor, es poner en marcha un negocio mundial de televisión de producción y distribución de programas de televisión sobre la vida de los ciervos. Brooks ha logrado desarrollar unas cámaras especialmente adaptadas para su incorporación a las osamentas cérvidas –aparentemente, también a las de otros animales—que permiten seguir toda la actividad de los ciervos durante las 24 horas del día. Vamos, una especie de “Gran Hermano” en plan salvaje. Para ello, Brooks cuenta con una amplia manada en una granja de su propiedad. Por 265 dólares al mes, el usuario interesado en no perderse ni ripio de las barreas, siestas o almuerzos de los ciervos, tendrá acceso las 24 horas del día al Deer Channel.   Pero si sólo le interesan los momentos estelares, podrá adquirir programas a la carta. Este servicio de televisión es sólo una muestra más de la evolución de la televisión hacia la microsegmentación de los contenidos en función de audiencias también hiperespecializadas, todo ello hecho posible gracias al abaratamiento de los costes de difusión propiciado por Internet.   Entre el 20% de audiencia que quiere mantener Vasile y el Deer Channel media todo un abismo conceptual y de negocio. Pero, según los expertos, es muy posible que ambos modelos coexistan también en el futuro, aunque en el camino hacia la coexistencia, desaparecerán algunas de las cadenas que aspiran a competir en el terreno de juego de la televisión generalista en abierto, es decir, por vía hertziana. Vasile también habló de eso.

 
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