Impuestos, civismo y pasión

Hace unos días, el Instituto de Estudios Fiscales publicó un estudio que refleja bien la confianza de los ciudadanos en el Estado español. El informe revela que dos de cada tres españoles no están dispuestos a colaborar personalmente con la Agencia Tributaria para erradicar algún fraude fiscal del que tuvieran conocimiento. Es más, según el estudio, ni siquiera la existencia de un premio supondría un incentivo a la colaboración ciudadana con Hacienda. El 73% de los encuestados apunta a la falta de educación cívica como una de las claves para entender el escaso compromiso de los españoles con sus obligaciones fiscales. Pero no es de extrañar esa falta de civismo, si se tiene en cuenta el ejemplo con el que predican a diario gran parte de los gobernantes y dirigentes de este país. Resulta muy instructivo, hablando de educación cívica, el conocimiento de acuerdos como los firmados entre La Caixa y el PSC. Acabamos de enterarnos de que la entidad catalana ha condonado la mitad de un crédito al partido político. Mil millones de pesetas. Además, el partido socialista catalán había logrado rebajar tres veces el tipo de interés aplicable al resto de su deuda, cuya póliza, por cierto, venció en 1994. Lección de civismo número uno: ¿Es ésta la función social de las Cajas de Ahorro? Más de un ciudadano, de esos tantos que tienen que pagar una notable comisión a su banco si quieren mantener su casa, coche y demás bienes hipotecados, quedará perplejo ante la facilidad de algunos a la hora de liquidar sus deudas. Otra lección de esa educación cívica llega a los españoles desde el sector energético. Y no precisamente por la subida del gas, sino por un asunto algo más empresarial o político: la OPA de Gas Natural sobre Endesa. Una operación a la que le han salido dos “caballeros blancos”: el Partido Socialista y el Partido Popular. Hace unos meses escuchábamos a Manuel Pizarro, presidente de Endesa, hablar de su pasión por la eléctrica. No es precisamente pasión el sentimiento que despierta la energía, entre la gran masa de españoles. Sin embargo, la precisan, igual que el señor Pizarro, para algo tan importante y sencillo como su vida cotidiana. En los últimos meses ha quedado más que evidenciado que Gobierno y oposición igualmente la necesitan, sólo que el fin es algo distinto: hacer campaña política para acceder o mantener el poder. Desde él, nuestros “ejemplares” dirigentes podrán velar por los intereses de esos españoles que, con su poca educación cívica, no quieren colaborar con el Estado que tan “dignamente” los representa y que, además, gestiona sus impuestos.

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato