Lo que Polanco se “olvidó” de decir

 “A Polanco se le fue la olla”. De esta forma directa, castiza, coloquial, resumía un conocido tertuliano de una emisora de radio las “perlas” que el Presidente del Grupo PRISA, Jesús de Polanco, soltó en el transcurso de la Junta General de Accionistas del citado grupo al hilo de una pregunta de un accionista que planteaba su inquietud porque en ciertos sectores sociales, los medios de comunicación del grupo –El País, la SER, Canal + y Cuatro- eran percibidos como una fuente de poder partidista.

¿Improvisó Polanco la respuesta? ¿Dijo lo que quiso decir? o ¿como decía ese tertuliano, lisa y llanamente, “se le fue la olla”? Fuese lo que fuese, el hecho es que la descalificación y el ataque de Polanco al PP, que tiene detrás a diez millones de votos, fue auténticamente brutal. Resumo algunas de las “perlas” de Polanco:

-- “Hay quien desea volver a la Guerra Civil. Acabamos de ver una manifestación pública –se refería a la que tuvo lugar en Madrid el pasado 10 de marzo convocada por el PP- que es el franquismo puro y duro”.

-- “Si estos señores recuperan el poder van a venir con unas ganas de revancha que a mí, personalmente, me da mucho miedo”.

-- “Si el Grupo PRISA pudiera colaborar para que en España hubiera un partido de derechas moderno, laico, con ganas de conservar lo que hay que conservar, y transformar lo que hay que transformar, lo apoyaríamos. Ya tenemos un partido de izquierdas, absolutamente democrático, que funciona”.

-- “Es muy difícil ser neutral cuando hay una de las partes que considera que vale todo, absolutamente todo, para volver al poder”.

Como ha resaltado Rajoy, nunca había sucedido, que desde la Presidencia de la Junta General de Accionistas de una empresa, el principal partido de la oposición hubiera recibido tal nivel de crítica. Por eso, los populares han hecho muy bien respondiendo con un boicot activo al Grupo PRISA, consistente en que no concederán entrevistas o participarán en debates, tertulias o programas de los medios de dicho grupo. Ya se sabe que lo políticamente correcto es decir que eso restringe la libertad de expresión, pero cuando se recibe un ataque de ese calibre, lo mínimo que hay que hacer es defenderse, por dignidad e instinto de conservación.

Si se pudiera rehacer el acta de la citada Junta General de Accionistas, y, sobre todo, si se permitiera completar la intervención de Polanco, convendría recordarle al presidente del Grupo PRISA algunos de los “olvidos” ciertamente inexplicables que tuvo en su polémica intervención. Resumiré también cuales serían algunos de ellos:

-- A Polanco se le “olvidó” recordar que dos de sus medios de comunicación –la SER y Canal +- fueron los principales agitadores en la tarde noche de la jornada de reflexión del 13 de marzo de 2004, cuando animaban a sus oyentes y telespectadores a manifestarse delante de las sedes del PP.

 

-- El Presidente del Grupo PRISA cuando habló de la necesidad de un partido de derecha moderna y laico, lo que en realidad estaba pensando es en una formación política que no defienda ninguno de los valores de la cultura y tradición cristiana; un partido que renuncie a defender el modelo de familia y de matrimonio entre un hombre y una mujer; un partido que no defienda el derecho de los padres a elegir el tipo de educación que quieran para sus hijos; un partido que esté a favor de la vida, y por lo tanto, por ejemplo, en contra de la eutanasia; un partido que defienda una sociedad en la que Dios no exista; es decir, un partido que haga lo que los medios de comunicación de Polanco: un anticlericalismo trasnochado y un laicismo radical.

-- Si a Polanco, la manifestación de hace unos días en Madrid, le pareció “franquismo puro y duro”, ¿cómo no renunció a vender los libros de su editorial Santillana en el Chile del dictador Pinochet? ¿O es que en ese caso, la ideología se deja a un lado por mor del bolsillo?

-- ¿Si de verdad cree Polanco que el PP está en el “vale todo” para volver al poder, cómo habría que calificar el que Zapatero –al que de momento Polanco protege- con tal de seguir en el poder, esté negociando políticamente con ETA o que pacte siempre con aquellas fuerzas políticas a las que les importa un pimiento España?

Una cosa es que alguien sea y se considere muy poderoso y otra, que por su prepotencia, e incluso por su senectud, crea que puede decir cualquier cosa respecto a una formación política que representa a diez millones de españoles y cuando esta se defiende, hacerse encima el ofendido. O bronca o multa, señor Polanco, pero las dos cosas, no.

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