Al Qaeda como última esperanza de los EEUU

¿Por qué los estadounidenses, que viven “en el más próspero y más democrático país del mundo”, no se imaginan el futuro sin catástrofes, monstruos, dictadura militar y un apocalípsis hacia finales de la próxima semana? Como si EEUU fuese una tierra de antiutopía.

Será por ello que la democracia estadounidense no sale del despacho del psicoterapéuta.

Sería comprensible si sólo Hollywood se dedicase a inventar tramas de suspenso, pues es su modo de ganar dinero. ¿Y si empieza a intimidar a la nación con horrorosas perspectivas el propio padre de la “reaganomía” Paul Craig Roberts, ex subsecretario de Hacienda de EEUU y caballero de la Orden de la Legión de Honor?

Según él predijo hace poco, ya dentro de un año EEUU podría transformarse en un “Estado policial dictatorial” y vivir en una situación de emergencia, mientras que de pretexto para esa pesadilla servirían unos atentados análogos a los del 11 de septiembre, que probablemente serían organizados por la actual Administración de EEUU.

El objetivo de esa feérica operación consistiría en conservar el poder en manos de los republicanos y librar guerra contra Irán. Sólo queda cifrar esperanzas en los militares, o más exactamente en su cansancio por la guerra de Irak, opina el caballero Paul Craig. Si ellos se niegan a seguir batallando, el macabro plan de Bush y Cheney podría fallar.

Dicho en otras palabras, las esperanzas se cifran en Osama Ben Laden. Si éste logra extenuar al soldado estadounidense, salvará con ello a la democracia estadounidense, y si no, acercará el fin de ésta.

No es una lógica fácil de comprender, pero resulta que Al Qaeda es la única esperanza de la democracia estadounidense.

Francamente dicho, no me preocupa mucho la democracia estadounidense, creo que ésta, bien que mal, durará más que la actual Administración.

Tampoco me preocupa la imagen de EEUU, porque peor no puede ser ya.

 

Ni tampoco me preocupa Bush hijo, a quien siempre ayudará Bush padre.

Me desasosiega Hollywood, que deja escapar debajo de sus narices unos guiones tan geniales.

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