El amante de Yves Saint-Laurent ajusta cuentas con el gotha de la moda
Pierre Bergé, que durante 50 años ha vivido siendo amante y socio de Yves Saint-Laurent, dio el jueves un rapapolvo a los más grandes de las pasarelas. Galliano, Gaultier, Valentino, Sonia Rykiel, Givenchy, Lacroix, Kenzo... todos estaban en la iglesia de Saint-Roch para asistir a las exequias de Saint-Laurent y tuvieron que escuchar cómo éste era elogiado porque abandonó la moda al comprender “que la época que llegaba no precisaba ni de rigor ni de exigencia”.
Quienes asistieron al funeral, tenían el corazón encogido por la belleza del rito religioso, de la música y de las flores, y por el grito silencioso de dolor de Bergé al pronunciar unas últimas palabras ante el féretro de Saint-Laurent. Pero a los grandes de la moda que habían acudido para rendirle homenaje, lo que se les encogió fue el estómago.
“De todos los modistos”, dijo Bergé pensando en Saint-Laurent, “fuiste el único que abrió el libro de su vida, lo comenzaste a escribir el capítulo uno, y escribiste la palabra fin”. El resto, siguen ahí presentes, en una época que no precisa “ni de rigor ni de exigencia”.
Lo más granado de la moda estaba sentada en la nave central de la iglesia, pero Bergé insistió en recordar que “si algún nombre debía ser citado (...) sólo hay uno, el de Chanel”. Ella fue la modista más importante de la primera mitad del siglo XX, Yves Sant-Laurent, de la segunda mitad.
También puso de relieve el sufrimiento de Yves Saint-Laurent al renunciar a la moda tras un último desfile en el centro Pompidou. Una separación de la que nunca se consoló, pero que la prefirió a verse hundido en la esclavitud de tener que presentar una colección renovada cada año. Y Bergé volvió a apretar las tuercas señalando que Yves Saint-Laurent prefirió seguir siendo fiel a su estilo, un estilo que “quizás no se encuentra sobre las pasarelas de la moda, pero sí en las calles del mundo entero”.
