Los generales de la Guardia Civil no se fían del Gobierno ni del PSOE. Rubalcaba les ha prometido que mantendrá el carácter militar “mientras yo sea ministro”. Pero después…

La Guardia Civil está en ebullición. Nunca se ha conocido una situación interna tan tumultuosa como la actual. Hay detrás reivindicaciones económicas y de condiciones laborales. Pero el asunto de fondo es el carácter militar del cuerpo. Que vuelve a estar sobre el tapete. Y los generales no se fían.

Fuentes cercanas a la cúpula de la Benemérita, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, revelan que existe una gran inquietud entre los generales de la Guardia Civil por la situación, pero sobre todo porque temen por la condición de militares que le otorga la actual legislación, y que creen que es consustancial con el cuerpo. Piensan que de nuevo está en peligro.

Explican que los altos mandos del instituto armado no se fían del Gobierno, y menos aún del partido que lo sustenta, el PSOE, en cuanto a que mantengan el carácter militar. Saben que han vuelto a circular comentarios por dentro del partido socialista, y no olvidan posiciones de personajes como Leire Pajín, Jesús Caldera, Diego López Garrido y otros.

Rubalcaba ha dado garantías… limitadas

La Benemérita tiene en estos momentos un apoyo clave: el de Alfredo Pérez Rubalcaba, que, como ocurrió a los anteriores ministros del Interior, ha ‘descubierto’ a la Guardia Civil, sobre todo por la disciplina y eficacia que demuestra. Las exitosas operaciones anti ETA de los últimos tiempos han tenido como protagonistas a los guardias civiles.

Los generales han traslado al titular de Interior su inquietud por el futuro del cuerpo, y –de acuerdo con las fuentes citadas- han recibido de él garantías de que no habrá ningún cambio.

Sin embargo, se trata de una garantía limitada. Rubalcaba de dicho a la cúpula que “garantiza” que la Guardia Civil seguirá siendo un cuerpo militar… “mientras yo sea ministro del Interior”. La promesa no ha ido más allá, y eso tiene en vilo a los altos mandos.

Días antes de la manifestación de guardias civiles en Madrid, el 18 de septiembre, los generales le pidieron a Rubalcaba que hiciera una declaración pública y expresa en defensa del carácter militar. Y el ministro lo hizo. Días antes, el 14 de septiembre, en la apertura de curso en la Academia de Oficiales, en Aranjuez, afirmó que la Guardia Civil debe seguir diferenciándose “por su naturaleza militar”. Lo volvió a hacer el domingo pasado, con ocasión de la fiesta de la patrona, la Virgen de El Pilar.

De Caldera a López Garrido

Los generales no olvidan que, durante la campaña de las elecciones de 2004, la bandera de la desmilitarización de la Guardia Civil estuvo en boca de socialistas destacados. La propia Leire Pajín asistió a actos de la AUGC y aplaudió concretamente esa propuesta.

 

En el caso de Jesús Caldera, entonces prometió que, si Rodríguez Zapatero llegaba al Gobierno, procedería a una “desmilitarización gradual” de la Guardia Civil.

Diego López Garrido es autor del libro ‘La Guardia Civil y los orígenes del Estado centralista’, en el que se muestra crítico con la estructura militar de la Benemérita. Afirma que “una policía no debe ser militar”, que “centralismo y militarismo van juntos”, y sostiene que en la democracia la Benemérita no ha realizado ninguna misión militar.

La Ley de Derechos y Deberes, un problema

Las fuentes de la Benemérita consultadas explican que los problemas actuales tienen origen en una Ley Reguladora de los derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil, del año 2002, que consideran una catástrofe por su contenido.

Teóricamente, la ley prohíbe los sindicatos en la Guardia Civil, pero por otro lado autoriza asociaciones que acaban siendo sindicatos, como ocurre actualmente.

Una consecuencia de esa legislación ha sido la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de 9 de octubre, que autorizó la manifestación de guardias civiles en Madrid, en contra de la posición del Gobierno.

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD confirman que la decisión del tribunal cayó como una jarro de agua fría en la cúpula del ministerio del Interior, que se quedó paralizada y sin saber cómo reaccionar.

Medios a cambio de los recortes de derechos

Las movilizaciones que se están produciendo en el seno de la Guardia Civil tienen un trasfondo político y sindical, pero sobre todo hay detrás una situación laboral y económica de los agentes muy desfavorable en comparación con otros cuerpos policiales, de ámbito nacional, autonómico y municipal, y con las tareas que estos desempeñan en relación con la dedicación en la Benemérita.

Analistas en seguridad consultados por El Confidencial Digital se preguntan por qué el Gobierno no dota de medios adecuados (viviendas, jornadas de trabajo, sueldos) a un cuerpo como la Guardia Civil, que tan eficaz resulta y tantos servicios ha desarrollado y desarrolla.

Estos expertos consideran que la condición militar del cuerpo, con las limitaciones que provoca, es precisamente uno de las causas de esa eficacia, y piensan que por parte del Gobierno deberían arbitrarse mejoras en los terrenos citados, e incluso colocarles por encima de los restantes cuerpos policiales, precisamente porque, a cambio, ven recortados otros derechos, sindicales, de manifestación, etc.

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