El CGPJ estudia emplear la fórmula del magistrado suplente en el Supremo mientras no haya renovación

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se encamina hacia su tercer año con el mandato vencido. Desde que el pasado mes de marzo el Gobierno de coalición aprobó la reforma legislativa para limitar las funciones del órgano, los vocales no han podido hacer nombramientos en las cúpulas de los tribunales. Sin embargo, fuentes del órgano indican a Confidencial Digital que no están dispuestos a que este bloqueo afecte al Tribunal Supremo y ya han comenzado a estudiar fórmulas alternativas para nombrar a magistrados. 

Es este alto tribunal el que presenta los mayores problemas ya que todos sus miembros son elegidos por el Poder Judicial y, una vez se jubilan, no hay reposición con la actual ley vigente. En los Tribunales Superiores de Justicia( TSJ), en cambio, este bloqueo únicamente afecta al presidente y a los presidentes de Sala que son elegidos cada cinco años. Pero una vez acabado su mandato, pueden quedarse en funciones el tiempo que haga falta. Así sucedió, por ejemplo, con el Tribunal Superior de Justicia de Canarias que estuvo dos años con el que era el presidente, el magistrado Antonio Doreste, con el mandato vencido. 

 “Llegados a este punto lo que no vamos a dejar es que el Tribunal Supremo funcione mal”, explica un vocal del CGPJ. Por eso, están valorando utilizar dos soluciones que contempla la Ley Orgánica del Poder Judicial para proveer de magistrados en los tribunales. Serían nombramientos provisionales que únicamente haría la Comisión Permanente -el núcleo duro del CGPJ-, pero que de facto implicaría nuevas selecciones por parte de los vocales actuales. 

Por un lado, se plantean nombrar en comisión de servicio. Algo que está regulado en el artículo 350 de la ley y que implica que el CGPJ confiera un puesto por el plazo de un año, prorrogable, para que un juez preste servicios en otro juzgado. La Sala de Gobierno del Supremo tendría que hacer en este caso un informe mostrando quién cree que es más idóneo para la plaza y los 7 vocales de la Comisión Permanente más el presidente del Consejo, Carlos Lesmes, serán quienes decidan finalmente. 

La otra figura que se baraja para suplir los puestos del Supremo es la del magistrado suplente, que permite que alguien que no es magistrado o que ha dejado de serlo pueda integrarse en un tribunal con carácter profesional. 

La Sala Tercera en peligro 

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la pasada semana la jubilación del magistrado José Díaz Delgado. Con él son cinco ya las vacantes en la Sala de lo Contencioso-Administrativo que es, entre otras cosas, la que tiene que resolver la validez de los indultos del Gobierno a los miembros del ‘procés’. 

Además de Díaz Delgado se han producido las jubilaciones -forzosas ya que la edad máxima para estar en el Supremo son los 72 años- de Javier Borrego y de Jorge Rodríguez-Zapata. A esto se ha unido el fallecimiento de otros dos magistrados, Ángel Aguallo Avilés y Nicolás Maurandi. Ninguna de estas plazas han sido cubiertas. 

Por eso, otra retirada más supondría poner una de las Secciones de la Sala (está dividida en cinco) en peligro para poder resolver sentencias por no tener el número indispensable de magistrados. El próximo en retirarse, en principio, será Rafael Fernández Valverde, cuya jubilación está prevista para febrero. 

Si la renovación del CGPJ no se produjera hasta ese entonces habría serios problemas en la Sala de lo Contencioso. Se da la paradoja de que este magistrado es, a su vez, vocal del Consejo General del Poder Judicial por lo que de llegar hasta febrero con el bloqueo tendría que entrar un vocal suplente. 

No obstante, existen también otros asientos judiciales libres. En la Sala Primera no se ha cubierto la jubilación de Antonio Salas, en la Sala Cuarta ha fallecido José López García de la Serrana y en la Quinta se produjo la jubilación de Ángel Calderón.