Los 7 sencillos trucos que te harán parecer muy inteligente ante todo el mundo

Sin duda no es lo mismo ser que parecer, pero mientras pareces que eres puedes llegar a ser lo que intentas parecer, que diría el sabio

Chica pensando.
Chica pensando.

En líneas generales el concepto de Inteligencia viene del latín intellectus - sensación, percepción, comprensión, concepto, razón, o mente - la cualidad de la psique, que consiste en la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones, la capacidad de aprender y recordar en base a la experiencia, comprender y aplicar abstraer conceptos y utilizar sus propios conocimientos para la gestión ambiental.

La capacidad general para conocer y resolver dificultades, que combina todas las capacidades cognitivas de una persona: sensación, percepción, memoria, representación, pensamiento, imaginación.

Sin duda no es lo mismo ser que parecer, pero mientras pareces que eres puedes llegar a ser lo que intentas parecer, que diría el sabio. Hoy te proponemos 7 sencillos trucos que te harán parecer más inteligente a ojos de los demás, aunque algunos dirían que parecerás listo, no inteligente, pero dejemos de lado el debate semántico y vayamos al asunto:

1. Utiliza un vocabulario que se pueda considerar "rebuscado"

El dominio del lenguaje es clave para considerar a alguien inteligente. La utilización de un léxico rico y abundante, con vocablos concretos, no de uso cotidiano, siempre darán una imagen al interlocutor de persona leída y cultivada en distintas disciplinas intelectuales y del saber en general.

Mirar cada día en el diccionario una nueva palabra, aprender su significado y sacarlas en medio de una conversación cotidiana, te hará parecer mucho más inteligente, pero también te permitirá acabar siéndolo realmente.

La fuente de la sabiduría secreta del lenguaje radica en el hecho de que la experiencia de muchas generaciones, una visión especial de todo el mundo, está registrada y concentrada en él.

Desde los primeros años, absorbiendo la atmósfera de nuestra lengua materna, aprendemos no sólo un determinado vocabulario y reglas gramaticales, aprendemos nuestra época, tal como se expresa en su lengua, y comprendemos la vasta experiencia acumulada por nuestros antepasados.

2. Mostrarse seguro de sí mismo

Una persona insegura tiene pocas posibilidades de lograr algo en la vida, el miedo a cometer un error, a ser rechazado por otras personas, bloquea todos nuestros impulsos más atrevidos. En primer lugar, debes comprender que todas las personas cometen errores y esto es bastante normal.

Sin errores no hay crecimiento interno, son los catalizadores de nuestro autodesarrollo. A menudo, las personas inseguras dan más importancia a las opiniones de los demás, tratando de complacer a todos y evitar la discusión y el ridículo.

 

Recuerda que nunca serás bueno para todos y deja de centrarte en las opiniones de los demás. Muchas veces es muy difícil ganar confianza en uno mismo, sobre todo si una persona ha sido así desde pequeña.

Las personas seguras de sí mismas transmiten confianza, capacidad de adaptación y liderazgo, siendo consideradas por el grupo como seres más inteligentes. Así que si dudas sobre tu seguridad, no la muestres de antemano.

3. Reírse de uno mismo

Piensa en una estupidez o un error que hayas cometido recientemente. Ahora recuerda cómo reaccionaste: ¿te reíste o te enfadaste? Apostamos al segundo. Todos nos tomamos la vida y a nosotros mismos demasiado en serio.

Esta dureza a menudo conduce a una dura autocrítica, expectativas poco realistas de los demás, decepción e incluso ira que surge cuando algo sale mal. Entonces, ¿que hacer? ¡Ríete! En primer lugar, de ti mismo, de tus errores e imperfecciones.

La autoironía ayuda a mantener un estado de ánimo ligero, crear un ambiente cómodo al comunicarse con las personas y hacer frente a los altibajos de la vida. La capacidad de reírse de uno mismo es uno de los signos de madurez e inteligencia. Pero no siempre es fácil de aprender. Hablamos de bromas útiles e inofensivas sobre uno mismo.

4. Tener una pose firme

Las personas que se mantienen firmes en sus formas e incluso lenguaje corporal, dan la sensación de controlar mejor sus acciones e interacciones, y por ende, de ser más inteligentes.

Una característica del lenguaje corporal es que su manifestación se debe a los impulsos de nuestro subconsciente, y la incapacidad de fingir estos impulsos nos permite confiar en este lenguaje.

Recuerda que los expertos señalan que la información se transmite por medios verbales, es decir; palabras en un 7%, medios de sonido, incluido el tono de voz, la entonación del sonido, en un 38%, y a través de medios no verbales, en un 55%.

5. Poner orden en reuniones o en una conversación

Poner orden en las reuniones y/o conversaciones te coloca en la posición de líder, y los líderes son siempre apreciados por su inteligencia por encima de la media. Pero cómo lograr ser un líder sin perecer en el intento: Primero debes predicar con el ejemplo, no pedir a los demás algo que tú mismo no haces, luego ser humilde, la humildad no está peleada con el saber, al contrario, aparecen siempre juntas, y por último, usa un lenguaje adecuado para cada circunstancia, al igual que no hablas igual con tu hijo que con tu jefe, la clave está en saberse comunicar en todas las situaciones de tu vida cotidiana.

6. Tomar muchas notas y anotar todo

Cuando vemos a otros apuntando notas, tenemos la impresión de que lo que le ocupa le interesa, y ello conlleva un procesamiento mayor y más profundo de la información vigente, lo que le confiere directamente al sujeto cierta aura de inteligencia.

Esto es algo que los asesores de los políticos saben muy bien, por ello los vemos muy a menudo tomando notas mientras otros hablan, haciéndose los importantes y concentrados; el caso es que funciona.

7. Mirar siempre a los ojos cuando hablas con un tercero y mantener la mirada; "Protocolo de la mirada"

Para parecer más inteligente, intente escuchar al orador mientras mira sus manos o algún detalle de su ropa. Lo más probable es que se sienta avergonzado e incómodo y tenga muchas ganas de volver a mirar a los ojos del "interlocutor".

Existe un "protocolo de la mirada": para una comunicación cómoda, los interlocutores deben mirarse a los ojos durante aproximadamente 2/3 de toda la conversación. Sin embargo, no debe mirar a los ojos de una persona durante demasiado tiempo: la duración óptima de una mirada es de unos 10 segundos.

Debes mirar con la cara vuelta hacia el interlocutor: una mirada de soslayo no es para la comunicación comercial. Curiosamente, el orador mira hacia otro lado más a menudo mientras considera la siguiente frase que decir.

Y el oyente mira a los ojos mucho más tiempo, ya que está, por así decirlo, "menos ocupado". Es desagradable cuando el interlocutor te "taladra" con la mirada, sin apartar la vista ni un segundo, o cuando aparta la vista casi todo el tiempo, demostrando así un absoluto desinterés por el tema de conversación. Todo esto son malos modales, pero incluso las personas más educadas a menudo desconocen el "protocolo de la mirada".

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