Pueblos con más encanto: Visita Bonilla de la Sierra en Ávila

1. Valle del Corneja.
2. Puerta de Piedrahita.
3. Pozo de Santa Bárbara.
4. Plaza Mayor de Bonilla de la Sierra.
5. Iglesia Colegiata San Martín de Tours.
6. Castillo de Bonilla de la Sierra.

Alejado del bullicio del turismo masivo y de aquellos que buscan solo la foto ideal para sus redes sociales, Bonilla de la Sierra conserva su encanto inalterado, lo cual lo coloca merecidamente en la lista de los pueblos más hermosos de España. 

Situado en las proximidades de los lugares de interés en Piedrahita y rodeado de pintorescas rutas entre prados y arroyos, este pueblo ofrece el entorno perfecto para respirar aire puro y sumergirse en el silencio mientras se descubre su valioso patrimonio cultural.

Valle del Corneja.

Para descubrir este encantador pueblo abulense, debes dirigirte al Valle del Corneja, un valle bañado por el río homónimo que fluye cerca de la localidad de El Barco de Ávila. Enclavado en el corazón de este valle, rodeado por las majestuosas sierras de Villanueva, Santiago, Villafranca y El Mirón, se encuentra Bonilla de la Sierra.

No es un pueblo de paso, no lo encontrarás por casualidad. Para llegar hasta él, debes tomar la AV-P-638, una carretera estrecha que se ramifica desde la N-110, la cual conecta Ávila con Piedrahita. 

En primavera, el verdor de la vegetación llega hasta los bordes de esta pintoresca carretera, creando un paisaje encantador que parece haber sido inmortalizado en el tiempo.

Si te diriges desde Ávila, deberás desviarte en Casas del Puerto. Por otro lado, si vienes desde El Barco de Ávila o Piedrahita, encontrarás la desviación en Rivera de Corneja. El tramo desde esta última desviación es más sencillo, rápido y con menos curvas.

Antes de llegar al pueblo, te encontrarás con un mirador desde el cual podrás capturar una hermosa fotografía si el sol no te deslumbra. Un poco más adelante, justo a la entrada de la localidad, encontrarás una amplia explanada, el lugar perfecto para aparcar tu coche mientras visitas Bonilla de la Sierra.

Explorar las pintorescas calles de Bonilla de la Sierra es seguramente, la mejor manera de disfrutar de este encantador pueblo impregnado de historia y belleza. Sumérgete en el entorno de prados que se extienden a tu alrededor y respira el aire puro que acaricia tus pulmones. 

Puerta de Piedrahita.

Esta puerta es una de las cuatro entradas que formaban parte de la antigua muralla que rodeaba el pueblo. La muralla, con una longitud de 1.100 metros, protegía las casi 8 hectáreas de la villa. Aunque no se conservan vestigios de las otras puertas, se puede apreciar un fragmento visible de la muralla a pocos metros a la derecha de esta puerta. 

Aunque sea poco lo que se puede observar, el panel explicativo junto a ella brinda información sobre la construcción de esta muralla, que data del siglo XIII. De esta manera, se puede comprender mejor la estructura y características de esta antigua fortificación.

Pozo de Santa Bárbara.

Entre la Puerta de Piedrahita y los remanentes de las murallas, se encuentra un lugar que a menudo pasa desapercibido: el Pozo de Santa Bárbara. En la Calle Circunvalación, que rodea el pueblo siguiendo el trazado de la antigua muralla, se puede acceder a un jardín desde donde se tiene una vista aérea del pozo.

Para adentrarse en el interior del pozo, se debe tomar la Calle Pozo de Santa Bárbara. Allí se encuentra una puerta de hierro que se debe abrir para comenzar a descender por las escaleras. 

Este pozo era esencial para abastecer de agua a la población en caso de asedio, ya que almacenaba el agua de lluvia. Se estima que su construcción se remonta a los siglos XII-XIII.

Es importante llevar una fuente de luz al ingresar y bajar con precaución, observando constantemente el nivel del agua y cada escalón. En días soleados, se puede apreciar un espectáculo fascinante con los colores que el agua adquiere en el fondo del pozo. Asimismo, es fundamental evitar precipitarse para evitar caer inadvertidamente al agua.

Plaza Mayor de Bonilla de la Sierra.

La Plaza Mayor es definitivamente uno de los lugares más encantadores para visitar en Bonilla de la Sierra. Se trata de una plaza porticada que sirve como punto de encuentro de las calles del pueblo. 

Sus fachadas exhiben el distintivo estilo arquitectónico castellano, con entramados característicos, mientras que los soportales adintelados bajo ellas añaden un atractivo adicional que capta la atención de quienes pasan por allí.

En esta plaza también se encuentran la iglesia, una fuente, el rollo de justicia y el bar del pueblo. Es un lugar ideal para hacer una pausa, comprar algo para beber y disfrutar del sol mientras se charla con los habitantes locales. Además, es interesante mencionar que aquí solían celebrarse corridas de toros durante las festividades de San Juan y San Toribio.

La Plaza Mayor de Bonilla de la Sierra es un espacio lleno de vida y encanto, que invita a sumergirse en la atmósfera del pueblo y disfrutar de su rica historia y cultura.

Iglesia Colegiata San Martín de Tours.

Con sus pináculos coronando su estructura y las gárgolas que la rodean, este templo tiene sus raíces en el siglo XV. Su planta no sigue un patrón regular debido a que se adaptó a la torre de una construcción anterior que existía en el lugar. Posteriormente, en el siglo XVI, se completó la construcción de la torre.

Castillo de Bonilla de la Sierra.

A medida que rodeas la iglesia, te encuentras con el último de los destacados edificios de Bonilla de la Sierra: su castillo. Sus orígenes se remontan al siglo XII, pero fue en épocas posteriores, cuando la villa se convirtió en el Señorío de los Obispos de Ávila, que se llevaron a cabo reformas para transformar esta construcción en la residencia de verano de los prelados.

Aunque parte de sus murallas ha desaparecido y no es posible acceder a su interior, la pequeña torre del homenaje se mantiene en pie, siendo la parte mejor conservada del castillo. 

Desde lejos, también se pueden vislumbrar algunas de las torres que rodeaban la fortaleza, donde solían estar ubicados los establos y otras dependencias antiguas.