Tres militares de la Armada sufrieron estrés postraumático tras un contagio masivo por covid en un buque

Uno de ellos estuvo 25 días aislado en una habitación de 4 metros cuadrados. El Tribunal Superior de Justicia de Murcia les ha reconocido la baja como contingencia profesional

Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) 'Hespérides' llega a Cartagena en febrero de 2021 (Foto: Europa Press).
Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) 'Hespérides' llega a Cartagena en febrero de 2021 (Foto: Europa Press).
  1. Expedición cancelada por coronavirus
  2. Baja “por contingencia común”
  3. Recurrió ante el TSJ
  4. “Apto” en el reconocimiento previo
  5. Una sentencia previa
  6. Así empezó el brote
  7. Escalada de contagiados
  8. Más de 20 días en una habitación
  9. “Un auténtico infierno”
  10. “Pensaba que iba a morirse abandonado”
  11. Pesadillas, recuerdos, problemas para dormir...
  12. Una situación amenazante para su vida
  13. Derivada del servicio
  14. Un tercer caso
Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) 'Hespérides' llega a Cartagena en febrero de 2021 (Foto: Europa Press).
Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) 'Hespérides' llega a Cartagena en febrero de 2021 (Foto: Europa Press).

El brote de covid que sufrió la tripulación del Buque de Investigación Oceanográfica ‘Hespérides’ cuando navegaba hacia la Antártida a principios de 2021 ha llegado a los tribunales.

Confidencial Digital ha podido consultar al menos tres sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, que dan la razón a militares de la Armada que viajaban en el buque, que se contagiaron de covid y que sufrieron determinadas secuelas en la salud mental por ello.

Expedición cancelada por coronavirus

El buque ‘Hespérides’ zarpó de Cartagena el 30 de diciembre de 2020. Ya el 4 de enero de 2021 el diario El País reveló que el buque se desviaba a Las Palmas de Gran Canaria, después de que se hubieran detectado cuatro positivos por coronavirus entre la tripulación, que rondaba las 50 personas.

El mismo diario elevó a 35 los contagiados ya el 13 de enero. El Ministerio de Ciencia canceló la expedición de este buque, en el que viajaban militares y científicos rumbo a la Antártida.

Regresaron a Cartagena en febrero. El 28 de febrero uno de los afectados, un sargento 1º, falleció en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, después de semanas ingresado.

Baja “por contingencia común”

La Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Murcia dictó el 25 de julio una sentencia que estimó en parte el recurso de un militar de la Armada y reconoció el derecho de éste “al reconocimiento de que su solicitada baja temporal para el servicio lo ha sido por contingencia profesional, con efectos desde el 17 de marzo de 2021”.

Este militar fue uno de los miembros de la tripulación del ‘Hespérides’ que se contagiaron de coronavirus en la travesía que terminó siendo abortada.

El virus debió dejarle secuelas, porque el 19 de mayo de 2021 el Comandante del Mando de las Unidades de la Fuerza de Acción Marítima, con base en Cartagena, dictó una resolución que acordó la continuidad de la baja médica para el servicio, “por contingencia común”.

Recurrió ante el TSJ

El militar no quedó conforme con que se declarara que su baja era “por contingencia común”. Recurrió para que se le reconociera que baja tenía su origen en una “contingencia profesional”, es decir, causada por su trabajo en la Armada.

 

El Almirante de Acción Marítima no aceptó su recurso: lo desestimó por resolución de 1 de septiembre de 2021.

Así que el afectado decidió llevar el caso a los tribunales. Ante el Tribunal Superior de Justicia de Murcia argumentó que su situación de baja laboral estaba causada “por estrés postraumático de origen laboral”, debido a la situación vivida en el buque ‘Hespérides’ como consecuencia del contagio masivo de Covid-19 que se produjo entre los miembros de la tripulación durante la misión antártica iniciada en el mes de diciembre de 2020.

Por ello, defendió que esa baja debía ser reconocida como contingencia profesional.

Señaló además que en el informe de Sanidad Militar sobre su caso, marcaron la respuesta “contingencia común” automáticamente en el apartado “propuesta de tipo de baja”, según él, y sin más explicación.

“Apto” en el reconocimiento previo

El abogado del Estado que representaba en este proceso al Ministerio de Defensa esgrimió, para pedir la desestimación del recurso, que el militar nunca había sido dado de baja laboral por motivos psiquiátricos y que, antes de iniciar la misión a la Antártida, concretamente en el mes de noviembre de 2020, fue sometido a un reconocimiento médico polar (físico y psicológico) y dio como resultado “Apto”.

Por tanto, insistió en que la baja fue correctamente valorada por la Armada como “contingencia común”, ya que, a su juicio, el estrés derivado de un episodio de covid debe ser considerado contingencia o enfermedad común.

Una sentencia previa

El TSJ de Murcia aceptó los argumentos del militar de la Armada y estimó parcialmente su recurso, ordenando a la Armada que le reconociera la baja “por contingencia profesional”.

Tomó esa decisión al considerar que la situación era análoga a otro caso, que el mismo tribunal ya resolvió en una sentencia anterior, de marzo de 2023.

En esa sentencia, estimó el recurso de otro marino de la Armada, y le reconoció como “contingencia profesional” la baja tras haber pasado el covid en el buque ‘Hespérides’.

En su caso, se trataba de un cabo primero que recurrió contra tres resoluciones del capitán de fragata que comandaba el buque, y las tres que desestimaron los recursos ante el Comandante de Mando de las Unidades de la Fuerza de Acción Marítima, que establecieron que su baja temporal para el servicio era por contingencia común.

Así empezó el brote

Esta sentencia de marzo de 2023 recoge con muchos más detalles la versión del militar recurrente sobre lo que ocurrió en esa travesía.

Contó que el día 3 de enero de 2021, en la tercera vigilancia de máquinas estaban él mismo, un sargento primero y un marinero, cuando, dos de ellos (el sargento primero y el otro marinero) empezaron a encontrarse mal.

Tenían síntomas de falta de aire y dolor de cabeza. Acudieron a la enfermería, donde les hicieron un test de antígenos. Ambos dieron positivo en Covid-19.

Al detectarse estos dos positivos, “el sanitario del buque decide hacer un test de antígenos a toda la vigilancia de máquinas de la que el recurrente es miembro, dando positivo cuatro miembros, por lo que todos los miembros de la vigilancia de máquinas son aislados en una pequeñísima habitación del buque tras haber estado en contacto con cuatro positivos”.

Escalada de contagiados

De esa forma se originó (según la versión del militar) el brote, que llevó al comandante del buque a cambiar el rumbo y dirigirlo al puerto de Las Palmas de Gran Canaria para atracar.

Mientras, se realizaron test rápidos de antígenos al resto de miembros de la tripulación. La cifra de contagiados fue aumentando: 13 positivos el 4 de enero, 17 ya el día 5.

A esas 17 personas con positivo en Covid-19 se las desembarcó en Las Palmas de Gran Canaria. Quedaron a bordo 41 miembros de la tripulación. Según esta descripción de los hechos, “al ser víspera del día de Reyes, los 41 miembros de la tripulación, entre los que se encontraba el recurrente, no fueron sometidos a una prueba PCR, más fiable que el test de antígenos, hasta el día 7 de enero, arrojando un resultado de 12 nuevos positivos”.

Según él, “la situación era caótica”. El día 8 había 29 infectados, y los más graves fueron ingresados en el hospital por padecer neumonía.

El sargento primero que finalmente falleció en febrero había estado en contacto con el recurrente el día 3 de enero, cuando se detectaron los primeros contagios, ya que también pertenecía a la tercera vigilancia de máquinas.

Más de 20 días en una habitación

En la sentencia se recogió que este militar “ante esta situación estaba aterrorizado, era cuestión de tiempo que resultara infectado, dado que no desalojaron del buque a todos los miembros de la tripulación que estaban infectados, simplemente fueron aislados en una habitación del mismo y, a pesar de ello, el contagio no paraba de aumentar hasta llegara 39 infectados”.

El día 9 de enero, él mismo comenzó a encontrarse mal: notó dolor de cabeza, pérdida de olfato, de gusto, dolor muscular, fiebre, escalofríos, dolor de riñones...

El sanitario del buque le hizo un test de antígenos que dio resultado positivo. Así que este cabo primero “continuó aislado en una pequeña habitación del buque en la que llevaba confinado desde el día 3 de enero hasta el día 23 de enero”.

En esa fecha fue trasladado a la Residencia del Arsenal del Puerto de Gran Canarias, donde permaneció hasta el día 28. Entonces se sometió a una PCR que dio negativo, por lo que ese mismo día partió con el buque hacia Cartagena, donde llegaron el 1 de febrero.

“Un auténtico infierno”

Ante el TSJ de Murcia destacó que durante los 19 días en los que estuvo infectado, sufrió los síntomas propios de la enfermedad, “solo, asustado, con una tremenda incertidumbre sobre su evolución física, dado que es factor de alto riesgo al padecer hipertensión arterial y asma, llegando a temer por su vida”.

Incluso esgrimió que “esta vivencia la recuerda como un auténtico infierno, comenzando a iniciar la patología psiquiátrica motivo de su baja médica”.

Explicó que una vez que llegó a Cartagena, “dada su situación psíquica por la terrible situación vivida”, inició una baja temporal para el servicio con fecha 10 de febrero de 2021, baja que fue concedida por su médico de cabecera.

Entonces empezó a solicitar que la baja se le reconociera “por contingencia profesional”. Fue sumando rechazos y negativas de los mandos de la Armada.

Defendió que esas bajas a su vuelta a Cartagena “deben ser consideradas derivadas de contingencia profesional puesto que la enfermedad que tiene diagnosticada”, que es “Trastorno por estrés postraumático”, “tiene su origen o causa en la terrible situación vivida en el Buque de Investigación Oceanográfica ‘Hespérides’ durante la misión Antártica la cual tuvo que ser suspendida al haberse producido tan solo tres días después de iniciar la misma, un contagio masivo de Covid, resultando contagiado el recurrente, permaneciendo aislado, en una habitación de espacio muy limitado, solo, sufriendo los síntomas propios de la enfermedad”.

“Pensaba que iba a morirse abandonado”

En este caso, el juez ordenó que una especialista en Psiquiatría practicara un informe pericial sobre el militar.

La psiquiatra reconoció en su informe que se trató de una situación altamente estresante, y que el militar no fue visto por ningún médico, “lo que le habría dado seguridad”.

Además, era una persona vulnerable al covid, porque padecía hipertensión arterial y asma.

El marino estuvo aislado 25 días en una habitación de 4 metros cuadrados, por lo que “se agobiaba, no se podía desahogar con nadie, ni tenía nada para distraerse, todo el día pensaba que iba a morirse abandonado”.

Pesadillas, recuerdos, problemas para dormir...

Esta psiquiatra se mostró de acuerdo con los informes de otros dos especialistas, que diagnosticaron que el militar padecía trastorno de estrés postraumático. Coincidió en que mostraba los síntomas de ese trastorno: recuerdos persistentes, pesadillas, evitación de circunstancias relacionadas, irritabilidad, problemas con el sueño, dificultad de concentración...

Según reflejó en el informe pericial, en el trastorno de estrés postraumático se ha de dar un acontecimiento estresante, de naturaleza excepcionalmente amenazadora. Los síntomas deben aparecer en los seis meses posteriores al acontecimiento estresante.

En este caso se cumplían ambas condiciones: la situación estresante que vivió el militar, y la aparición de los síntomas en el primer mes.

Una situación amenazante para su vida

Además, sobre el asunto en debate, la psiquiatra consideró que el trastorno de estrés postraumático que padecía el militar “es una contingencia profesional”, y lo argumentó de la siguiente manera: si pasó el examen psicofísico para embarcar en el buque, y cuando desembarcó padecía ese trastorno, “queda claro que ocurrió en el trabajo”.

Vio además acreditado que fue el coronavirus “y la gestión que se realiza de dicha situación” las causas que crearon en el militar “una situación amenazante para su vida”.

En resumen, el cabo primero padece un trastorno de estrés postraumático por el que seguía tratamiento en el momento de ese informe. El origen de esa dolencia psiquiátrica “fue la situación vivida en el lugar de trabajo durante el mes de enero de 2021”, y por eso causó baja por incapacidad temporal “derivada de contingencia profesional”.

Derivada del servicio

Los jueces estudiaron la Instrucción 1/2013, de 14 de Enero, de la Subsecretaría de Defensa por la que se dictan las normas sobre la determinación y control de las bajas temporales para el servicio del Personal Militar, estableciendo los procedimientos internos a seguir en relación a las bajas tanto por contingencia común (apartado cuarto) como por contingencia profesional (apartado quinto).

La contingencia común se define como “la situación derivada de accidente o enfermedad común”, y la contingencia profesional es “la situación motivada por una insuficiencia derivada del servicio”.

De acuerdo con la prueba pericial referida, el TSJ de Murcia estimó el recurso y reconoció al cabo primero “que su baja temporal para el servicio lo ha sido por contingencia profesional, con efectos desde que se solicitó así, es decir, el 17 de marzo de 2021”.

Un tercer caso

A estos dos casos se añade al menos un tercero. En mayo, el mismo tribunal adoptó una decisión similar, con otro tripulante de esa expedición del Buque de Investigación Oceanográfica ‘Hespérides’.

También recurrió y ganó que se le considerara baja por contingencia profesional la baja por trastorno de estrés postraumático a la vuelta de la travesía, después de que en el buque se hubiera contagiado, “permaneciendo aislado, en una habitación de espacio muy limitado, solo, sufriendo los síntomas propios de la enfermedad”.

Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) 'Hespérides' llega a Cartagena en febrero de 2021 (Foto: Europa Press).
Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) 'Hespérides' llega a Cartagena en febrero de 2021 (Foto: Europa Press).

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