Los pilotos del Aire que trasladan al rey y a Pedro Sánchez prueban un nuevo entrenamiento para mejorar las capacidades de reacción

Se trata de evaluar ocho competencias de los oficiales del 45 Grupo para que puedan responder a distintas situaciones inesperadas en la cabina de los Falcon y del A310

Dassault Falcon 900 del 45 Grupo (Foto: Ejército del Aire).
Dassault Falcon 900 del 45 Grupo (Foto: Ejército del Aire).
  1. Automatización de maniobras
  2. El peligro de las rutinas rígidas
  3. Comunicación, liderazgo, automatización...
  4. Dos pilotos y una psicóloga
  5. Plan de Instrucción y Adiestramiento
Pedro Sánchez se dirige a un Falcon.
Pedro Sánchez se dirige a un Falcon.

El 45 Grupo de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire, dedicado al transporte de autoridades como el rey y el presidente del Gobierno en aviones A310 y Falcon 900, ha experimentado con un nuevo sistema de entrenamiento para sus pilotos.

La Revista Española de Aeronáutica y Astronáutica, en el número 923, de este mes de junio, revela que esta unidad del Ejército del Aire ha puesto en marcha, “junto con el Servicio de Psicología de la agrupación base de Torrejón (ABAT), un programa piloto de entrenamiento en base a competencias Competence Based Training and Assessment (CBTA) para la mejora de sus planes de instrucción y adiestramiento”.

Automatización de maniobras

El comandante del Aire Amando Estrada Ferrero y la capitán psicólogo María Quevedo Serrano explican que en el 45 Grupo, como en otras unidades de vuelo de transporte, hasta ahora los planes de instrucción se rigen por un modelo de entrenamiento basado en tareas.

“En este tipo de entrenamiento se instruyen y aprenden las acciones específicas que se necesitan para manejar el avión”, y “concretamente, durante una sesión de vuelo de instrucción o adiestramiento se practican una serie de maniobras o tareas concretas, por ejemplo: los procedimientos de rodaje, aproximaciones de precisión con piloto automático o un despegue con fallo de motor”.

Al piloto le evalúa un instructor, que evalúa la práctica y le autoriza a pasar a un nivel de mayor dificultad, con otras maniobras. De esta forma, el piloto va automatizando en cada instrucción las distintas maniobras “para poderlas ejecutar cada vez con mayor exactitud y seguridad, esto es, con mayor dominio”.

Así se van estableciendo rutinas de maniobras que son frecuentes en los vuelos reales, y gracias a esa automatización el piloto puede liberar recursos cognitivos (como atención o memoria), que pueden ser utilizados para otras demandas, por ejemplo, situaciones inesperadas.

A nivel psicológico, estas guías a la ejecución de las acciones a los mandos del avión aumentan la seguridad del piloto y su autoeficacia percibida, “que piense y sienta que será capaz de llevar a cabo una determinada acción de manera exitosa”.

El peligro de las rutinas rígidas

Los autores del artículo explican que esos automatismos esconden también un lado negativo: “Cuando esas rutinas se vuelven demasiado rígidas y dejan de ser flexibles, resultan difíciles e incómodas de cambiar. Por tanto, podría darse la tendencia a mantenerlas”.

Esto genera problemas. Ante un suceso inesperado para el piloto, “la puesta en marcha de estas rutinas rígidas podría dejar de ser funcional y, por tanto, conllevar una disminución de la seguridad ante ese suceso nuevo e inesperado”.

 

Los sucesos inesperados pueden ser negativos, como una emergencia por humo en cabina o el avistamiento de aves en la trayectoria de vuelo, pero también positivos: por ejemplo, “recibir indicaciones desde la torre de control del cambio de pista por condiciones de viento a una más favorable para la ruta a ejecutar ese día”.

El 45 Grupo del Ejército del Aire y el Servicio de Psicología de la Agrupación Base de Torrejón (donde se encuentran los aviones en los que viajan el rey, el presidente y los ministros) se plantearon esto y decidieron tratar de diseñar un programa de adiestramiento para que los pilotos se entrenan ante situaciones inesperadas, “las cuales pueden suponer en algunos casos la diferencia entre sobrevivir o no”.

Comunicación, liderazgo, automatización...

Diseñaron un “entrenamiento basado en competencias”, un modelo de enseñanza del que la International Civil Aviation Organization (ICAO) publicó el primer manual en 2013, de entrenamiento basado en la evidencia (Evidence Based Trainin, IATA, 2013).

En este tipo de entrenamientos se identifican unas conductas del piloto, “las cuales reflejan dimensiones subyacentes llamadas competencias”. Se entiende que “entrenar un número determinado de competencias permitiría capacitar al piloto a manejar un número ilimitado de situaciones”, y que el nivel en una competencia puede determinar la capacidad del piloto para enfrentarse a una situación.

El modelo diseñado para los pilotos del 45 Grupo incluía ocho puntos a valorar: 1) Aplicación de procedimientos y cumplimiento de la normativa; 2) Gestión de rutas de vuelo: automatización; 3) Gestión de rutas de vuelo: control manual; 4) Comunicación; 5) Liderazgo y trabajo en equipo; 6) Resolución de problemas y toma de decisiones; 7) Conciencia situacional (SA); y 8) Gestión de la carga de trabajo.

Según destacan los autores del artículo, “el entrenamiento basado en competencias requiere una formación ad hoc para cada uno de los pilotos, siendo esencial tener en cuenta las habilidades, conocimientos y actitudes que cada individuo ya pone en práctica para poder diseñar una formación ajustada a cada uno de ellos. Esto requiere, por tanto inicialmente, de más tiempo y recursos”.

Dos pilotos y una psicóloga

En esta prueba participaron dos pilotos de la unidad, que son instructores probadores. Junto con personal del Servicio de Psicología, realizaron cuatro vuelos de instrucción: tres con Dassault Falcon 900, y uno con el A310, un Airbus de mayor tamaño que el Falcon, en el que Felipe VI realiza sus viajes más importantes.

Cada prueba constó de varias partes. En la fase de prevuelo, los pilotos tomaron contacto con una teniente psicólogo y revisaron los aviones.

En los vuelos, la teniente psicólogo puso especial interés en evaluar la competencia de comunicación de los pilotos.

Después, tras el vuelo, los pilotos se autoevaluaron, y se evaluaron mutuamente entre ellos, con la idea de fomentar la autocrítica y el pensamiento reflexivo.

Junto con la psicólogo, trataron de identificar el estilo de comunicación predominante (pasivo, asertivo o agresivo) durante la comunicación, para tratar de promover el estilo asertivo en el instructor: “dar correcciones claras, explicar conceptos relevantes que resultaran desconocidos, formular preguntas directas y responder de manera clara y concisa a las preguntas del piloto evaluado, entre otros”.

Se analizaron “estrategias de afrontamiento más adaptativas en función de determinados contextos”. Y los resultados de todo el estudio se entregó a los pilotos, indicándoles sus puntos fuertes y débiles.

Plan de Instrucción y Adiestramiento

Desde el 45 Grupo indican en el artículo que la Sección de Estandarización y Evaluación de la unidad “trasladó el interés de incluir este entrenamiento en la próxima revisión de su Plan de Instrucción y Adiestramiento, puesto que se valoró como muy positivo el concepto innovador del entrenamiento en base a competencias”.

Además de probar este nuevo modelo de entrenamiento, el experimento sirvió para que el Servicio de Psicología de la Agrupación Base Aérea de Torrejón redefiniera el protocolo de comunicación utilizado durante los vuelos de instrucción.

Gracias a estas pruebas ha diseñado un protocolo “más manejable y eficiente de 14 ítems, en una escala tipo Likert con puntuaciones de 0 a 5”.

La revista del Ejército del Aire recoge que “este protocolo de comunicación está previsto que sea incluido en las pruebas de verificación anual (PVA) que se llevan a cabo en el 45 Grupo de Fuerzas Aéreas conformando una iniciativa más del entrenamiento basado en competencias (CBTA), que será de la misma manera incluido en la actualización de los planes de instrucción durante el segundo semestre de 2022”.

El rey desciende del A310 del 45 Grupo de Fuerzas Aéreas.
El rey desciende del A310 del 45 Grupo de Fuerzas Aéreas.

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