Ya hay solución para el submarino S-80 que se hunde por sobrepeso: se abandona el primer prototipo, se rediseña desde cero toda la serie y se retrasa su entrega hasta 2017

Los problemas de sobrepeso del submarino S-80 construido por Navantia supondrán finalmente un retraso de dos años en su producción. El prototipo en el que fueron diagnosticados los errores de cálculo queda paralizado y se van a rediseñar los posteriores. El coste del proyecto se mantendrá intacto.

El informe encargado a la empresa estadounidense Electric Boat, adelantado por El Confidencial Digital, calculaba un nuevo desembolso de 800 millones para resolver el problema de sobrepeso del primer prototipo del submarino S-80 de la Armada.

Sin embargo, Navantia ha optado por una solución diferente. Fuentes de la compañía española explican a ECD que han decidido paralizar el desarrollo del submarino en el cual se hallaron los problemas de sobrepeso, el S-81 ‘Isaac Peral’, lo que implica un salto en la cola de producción.

Los astilleros focalizan sus esfuerzos en el desarrollo del segundo prototipo, el S-82 ‘Narciso de Monturiol’. Al encontrarse a un 50% de su finalización, el rediseño de la eslora (que deberá ser ampliada seis metros) resulta mucho más sencillo que en el primer submarino, que queda relegado al último lugar de la cola de producción.

Antes de retomar la construcción del S-81, Navantia desarrollará el ya citado S-82, el S-83 ‘Cosme García’ y el S-84 ‘Mateo García’. Por tanto, el submarino con sobrepeso no será reparado hasta 2020. Desde la empresa descartan reconvertirlo en un prototipo de pruebas, ya que en su estado es inutilizable.

Esta decisión, según cuentan a este confidencial, permite mantener el coste inicial del proyecto, presupuestado en 2.700 millones de euros. Sin embargo, se confirma el retraso de 24 meses en la entrega del primer submarino clase S-80 de la Armada. Y es que el S-82 no estará listo hasta 2017 como mínimo.

España, bajo mínimos en fuerza submarina

No es el primer retraso que sufre la serie S-80 desde que la Armada solicitó a Navantia su desarrollo. El S-81 estaba previsto en un primer momento para 2011, aunque se retrasó su entrega cuatro años, hasta 2015.

La situación actual deja la fuerza submarina española con apenas tres unidades en el tramo final de su vida operativa. El submarino Tramontana ha tenido que ser reparado y actualizado (trabajos conocidos como gran carena) por valor de 30 millones de euros, tal y como contó ECD, tras los problemas en el desarrollo del S-80. Le acompañan el Galerna (en el tramo final de su vida operativa) y el Mistral, que acaba de pasar por su cuarta gran carena.

 

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