‘Tercios Viejos’. Nace una asociación de militares para denunciar los ataques a la imagen de las Fuerzas Armadas

La integran oficiales, suboficiales y tropa, exige acabar con los ascensos y destinos por libre designación y rechaza unirse a manifestaciones

Asociación Tercios Viejos.
Asociación Tercios Viejos.

“A diferencia de otras asociaciones profesionales militares, no es de carácter reivindicativo, sino que aspira a regenerar la vida militar. Nace para la defensa de la Institución Militar, de sus tradiciones y de su legado histórico”.

Así se presenta ‘Tercios Viejos Españoles’, una nueva asociación profesional de militares, que desde hace un par de meses consta inscrita en el Registro de Asociaciones Profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas, del Ministerio de Defensa.

Confidencial Digital ha podido conocer los principios de acción, las propuestas y los planes de esta nueva asociación, que a diferencia de otras que se centran en una escala, se crea abierta a todas y ya está sumando socios de las escalas de Oficiales, de Suboficiales y de Tropa y Marinería de las Fuerzas Armadas.

En sus escritos fundacionales, ‘Tercios Viejos Españoles’ se declara “libre de intereses e ideologías”, y subraya que “no nace tutelada por la estructura de las Fuerzas Armadas, ni es afín a partido político alguno”, al mismo tiempo que “respeta todos los principios de la institución militar, aunque no comparte algunas políticas y decisiones de la Administración Militar, en particular algunas relacionadas con la política de personal”.

Toman el nombre de esas unidad míticas de la Historia militar de España, de los siglos XVI y XVII, precisamente por su empeño en tratar de recuperar y difundir la Historia de España y de las Fuerzas Armadas que apenas se conoce en buena parte de la sociedad.

“Defensa de la Institución Militar”

ECD ha podido saber que los militares impulsores de esta nueva asociación estuvieron meses trabajando en definir todos los detalles de la entidad, hasta que decidieron inscribirla como asociación y en ese Registro de Asociaciones Profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas, ante el Ministerio de Defensa.

Eso incluyó redactar toda una serie de documentos fundacionales: estatutos, objetivos, valores... así como decidir la estructura interna, la forma y los requisitos de ingreso, la toma de decisiones dentro de la asociación y otros aspectos del funcionamiento como asociación.

En esos documentos se indica que “esta asociación profesional tiene por finalidad esencial la defensa de la Institución Militar, sus tradiciones y su legado histórico”. En esa misma idea se insiste en los estatutos, en el artículo dedicado a los “Fines”:

-- “Esta asociación profesional tiene por finalidad esencial la defensa de la Institución Militar, sus tradiciones y su legado histórico; así como el fomento de los valores militares y la defensa de los derechos y la observación de las obligaciones de todos los miembros de las Fuerzas Armadas, como elemento fundamental para proporcionar un mejor servicio a España. Esto incluye la defensa de los intereses profesionales, económicos y sociales de todos los miembros de las Fuerzas Armadas”.

 

Sus áreas de actividad serán cuatro, principalmente: 1) “Las relacionadas con la defensa del prestigio y buen nombre de la Institución Militar y de cuantos la sirven con entrega y dedicación”; 2) “La reivindicación de la historia gloriosa de nuestros Ejércitos y de su contribución a la grandeza de España y de la Historia universal”; 3) “La regeneración de la Institución Militar sobre la base del respeto a la persona, cuya máxima expresión está en el respeto a la Ley y en el reconocimiento objetivo del mérito”; y 4), “La defensa de los intereses profesionales, económicos y sociales de todos los miembros de las Fuerzas Armadas”.

El buen nombre y la imagen de los militares

Esa finalidad esencial de “defensa de la Institución Militar” se concreta en dos de las “Actividades a desarrollar”:

-- “Instar la adopción de medidas contra quienes falten a la verdad, mancillando el prestigio de los ejércitos españoles de todos los tiempos y contra la aportación civilizadora de España”.

-- “Ejercer las acciones oportunas para la defensa del buen nombre de la Institución Militar, el respeto a sus tradiciones y la memoria de sus hechos de armas”.

Además, avisa que entre sus asociados “no admitirá a los que la mancillen, ni tolerará en ningún ámbito que se la menosprecie”.

Cuotas para pagar a los abogados

Fuentes de la asociación ‘Tercios Viejos Españoles’ explican a Confidencial Digital que precisamente han decidido establecer el pago de una cuota de afiliación y una cuota anual para así poder sufragar el coste de emprender acciones legales contra aquellos que manchen en buen nombre de las Fuerzas Armadas.

“Actuaremos contra quien sea ofensivo con las Fuerzas Armadas”, explican, algo que a su juicio es algo habitual en los últimos años desde algunos sectores sociales o políticos. Consideran que, si las instituciones como el Ministerio de Defensa no son más activos en la protección del buen nombre y la imagen de los militares, ellos como asociación sí están decididos a asumir ese papel.

Por tanto, cuando consideren que alguien puede haber cometido un delito al realizar alguna acción, acusación o manifestación sobre las Fuerzas Armadas, sobre un ejército, una unidad o un militar en concreto, emprenderá acciones para defender su imagen: sea simplemente emitiendo su opinión a través de los medios, sea llevando a los autores de esa “ofensa” ante los tribunales.

No acudirán a manifestaciones

Desde ‘Tercios Viejos Españoles’ indican que su asociación no se limitará a la defensa de derechos corporativos de los militares, sino que será más amplia, irá dirigida a ser una voz de los militares en la sociedad.

Eso no significa que al mismo tiempo no pretendan conseguir mejoras y cambios en las condiciones laborales de los militares. Eso sí, como ya se ha indicado, proclaman desde sus inicios que la asociación “no es de carácter reivindicativo”.

¿En qué se concreta ese punto? Por ejemplo, en que ya avisan que no participarán en manifestaciones, como por ejemplo las que se celebraron en el mes de febrero ante el Ministerio de Defensa (convocada por la Unión de Militares de Tropa, UMT) y en septiembre en el centro de Madrid (impulsada por UMT y por la Asociación de Tropa y Marinería Española, ATME), para pedir una mejora de las retribuciones, acabar con los despidos a los 45 años, mejorar la carrera militar...

“Respetamos a quien se manifieste”, aseguran desde ‘Tercios Viejos Españoles’, “pero no nos vamos a unir a manifestaciones, creemos que manifestarse no está en el ser del militar, no es nuestro estilo”.

Mientras no puedan sentarse en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (Coperfas), que exige cierto número mínimo de socios para tener representación, la nueva asociación profesional de militares irá elaborando propuestas que presentará ante el Ministerio de Defensa y ante distintas instancias militares, para intentar conseguir determinados cambios en el seno de las Fuerzas Armadas.

Fin a la libre designación

Otro de puntos principales del programa de acción de ‘Tercios Viejos Españoles’ consiste en “impulsar la eliminación de la asignación de destinos por el mecanismo de libre designación y exigir, con carácter restrictivo, la implantación del sistema de provisión de puestos por el sistema de concurso de méritos”.

La libre designación será uno de los caballos de batalla de esta asociación. Fuentes internas denuncian que no tiene justificación que un amplísimo abanico de destinos y ascensos dentro de las Fuerzas Armadas, especialmente en el Ejército de Tierra, se cubran por esa vía.

Su propuesta va en la línea de eliminar por completo la libre designación, a semejanza del camino tomado por la Guardia Civil. En vez de ese sistema, proponen la provisión de puestos de la administración militar por concurso de méritos, o si no, utilizando la antigüedad como criterio.

Señalan que a lo largo de su carrera, e incluso cada año con distintas pruebas físicas y de otro tipo, los militares son evaluados y calificados. Con todas esas evaluaciones es más que suficiente para poder conceder los destinos y ascensos mediante un modelo de méritos, que sea mucho más transparente y justo que el sistema actual de libre designación, que a su entender revela falta de transparencia y de motivación a la hora de ascender y cambiar de destino a los militares.

Su posición es que, si bien en asuntos operativos es lógico que las Fuerzas Armadas se rijan por principios de jerarquía, disciplina y unidad, creen que en lo que se refiere al funcionamiento administrativo se debe mejorar la transparencia y la igualdad de oportunidades.

Las fuentes consultadas aseguran que este tipo de cambios serían claves para conseguir “regenerar” la carrera militar y dar un nuevo impulso e ilusión. Explican que las noticias recientes sobre la “fuga” de pilotos del Ejército del Aire a aerolíneas, además de por las condiciones económicas, se explican por los obstáculos que muchos encuentran a la hora de desarrollar sus carreras profesionales.

Más allá de lo laboral

Con el nombre de ‘Tercios Viejos Españoles’ y la bandera con el aspa de Borgoña como símbolo, uno de los empeños de la asociación será mejorar el conocimiento y la valoración de la sociedad sobre la Historia militar de España, incluidos episodios poco conocidos.

De ahí que incluyan varios puntos relacionados con este ámbito:

-- “Fomentar la cultura de Defensa y el amor a España, Patria común de todos los españoles, como valores fundamentales de una sociedad responsable y madura”.

-- “La Historia de las Fuerzas Armadas, como parte fundamental de la Historia de España, enalteciendo su contribución a la seguridad y la prosperidad de los españoles de todos los tiempos”.

-- “Impulsar el establecimiento y conservación de cementerios militares españoles en el exterior, así como memoriales, monumentos, estatuas y placas conmemorativas de hechos de armas españoles”.

-- “Impulsar la creación de un único cementerio nacional de héroes españoles [Entendido como cualquier militar español muerto en combate] ajeno por completo a criterios políticos”.

-- “Realizar actividades sociales que favorezcan el ejercicio de la profesión, la deontología militar, la difusión de la cultura de seguridad y defensa y la promoción de la imagen de las FAS en la sociedad”.

En este sentido, tienen pensado tratar de realizar actividades que den a conocer la Historia militar de España. La web ya incluye apartados sobre “Historia”, “Cultura” y “Libros”, tanto sobre los Tercios como sobre otras épocas y episodios históricos.

Cultura de Defensa

Estas actividades de promoción histórica las enmarcan en un objetivo más amplio, ya indicado: “Fomentar la cultura de Defensa”. Este es uno de los objetivos genéricos que ya se marca el Ministerio de Defensa, pero desde ‘Tercios Viejos Españoles’ consideran necesario un esfuerzo mayor.

Subrayan que la defensa de España no es una misión únicamente de las Fuerzas Armadas, sino de todos los españoles, y por ello creen tan importante involucrar más a buena parte de la sociedad y hacerla partícipe de los retos en seguridad y Defensa que afronta nuestro país.

Entre otras iniciativas, piensan remitir al ministerio una propuesta detallada sobre medidas para impulsar la Cultura de Defensa y Seguridad, y también han solicitado poder comparecer y participar en el proceso que se ha abierto para elaborar la nueva Estrategia de Seguridad Nacional que sustituirá a la de 2017, proceso en el que ya se ha embarcado el Gobierno de Pedro Sánchez.

La Historia militar de España

Su empeño en que se conozca mejor la Historia de España y sobre todo su faceta militar. Por ejemplo, ya han presentado una propuesta escrita para que el Ministerio de Defensa organice una conmemoración “con la máxima solemnidad, difusión y proyección nacional e internacional posibles” del 450º aniversario de la Batalla de Lepanto, efeméride que se cumplirá el 7 de octubre de 2021.

Fuentes de ‘Tercios Viejos Españoles’ indican a ECD que su perspectiva sobre la Historia de España y de las Fuerzas Armadas pretende ser amplia, sin caer en reduccionismos ni en visiones maniqueas.

En su web se puede leer una declaración a propósito del centenario de la fundación de la Legión, que se celebró el 20 de septiembre. En esa declaración expresan su opinión de que “la ausencia clamorosa de cualquier referencia al general Francisco Franco en este primer aniversario de la Legión es absolutamente inaceptable”.

Argumentan que “su papel como jefe del bando nacional durante la Guerra Civil y su trayectoria como jefe del Estado durante casi cuarenta años será juzgado por la Historia y su veredicto final aún necesitará de mucho tiempo”, pero lo que no se puede ignorar es su papel anterior al inicio de la Guerra Civil en la fundación y juventud de la Legión.

Recuerdan que Franco “fue cofundador de la Legión junto con el teniente coronel don José Millán-Astray y Terrados. Fue el primer comandante de la 1ª Bandera. Menos de un año después de su fundación, en julio de 1921, realizó la hazaña de completar una marcha de 100 kilómetros en auxilio de la ciudad sitiada de Melilla. En 1925, Francisco Franco participó junto con la Legión en el desembarco de Alhucemas, primera operación anfibia de la historia moderna. En 1927, Franco, al mando de cinco banderas, cubrió la operación de retirada de Chaouen”.

Por todo ello, creen que “ignorar una figura como la de Franco en el primer centenario de la Legión es tan absurdo como no mencionar a Cristóbal Colón en el descubrimiento de América”, y concluyen que “España debe superar sus traumas y reconocer la aportación que cada español tuvo en cada momento de la Historia de España. Omitir actuaciones meritorias, y a veces gloriosas, acogotados por la presión de una corriente ideológica temporal nos empequeñece como nación”.

“Puertas giratorias” de los generales

Una de las propuestas llamativas de esta nueva asociación profesional de las Fuerzas Armadas hace referencia a los oficiales generales, y a su salto a la empresa privada al pasar a la reserva o a situación de retiro, como ha ocurrido recientemente en casos como el anterior teniente general jefe de la UME, o quien fue jefe de Apoyo Logístico de la Armada.

En un escrito ya presentado ante el Ministerio de Defensa, proponen que “los generales, tanto los que se encuentren en situación de reserva, como los que estén en los dos primeros años de la situación de retiro, no podrán trabajar en empresas privadas o públicas que mantengan relaciones comerciales con el Ministerio de Defensa”, y que además se impida la celebración de contratos con el Ministerio de Defensa de aquellas empresas del sector de Defensa que mantengan como asalariados o en sus consejos de administración al personal indicado en el punto anterior.

‘Tercios Viejos Españoles’ apunta que esos generales son habitualmente contratados por empresas del sector de la Defensa “para mediar en la consecución de contratos o para obtener beneficios especiales para estas empresas y no, salvo excepcionales ocasiones, por su conocimiento técnico en relación con los productos o servicios que dichas empresas ofrecen”.

Por ello no ven ética esta práctica, que “supone el uso para fines privados de una influencia que deviene de su rango, y en otra parte, de la información, en algunos casos clasificada, que han obtenido en el ejercicio de su responsabilidad como altos directivos de las FAS”.

Prohibir esas “puertas giratorias” pondría fin a las dudas razonables, a su juicio, que planean sobre si las decisiones de los mandos pueden verse “contaminadas por razones personales”; dudas que ponen en cuestión “la ejemplaridad que se espera de altos mandos de los Ejércitos, modelo y espejo en el que todos los miembros de las FAS se miran”.

Subida salarial

Cabe apuntar también que entre las medidas que plantean los impulsores de esta nueva asociación profesional de las Fuerzas Armadas se menciona la mejora de las retribuciones y el fin de los despidos a los 45 años.

Ven bien las peticiones para aumentar los salarios. Pero creen que esa reivindicación debe ir sustentada en el argumento de que si el Estado es “empleador único” de todo tipo de funcionarios, lo justo es que los funcionarios que realizan tareas de alguna forma homologables, cobren sueldos parejos, y no haya por ejemplo diferencias notables entre policías, y entre policías y militares.

También admiten que la crisis del coronavirus puede hacer pensar que la mejora de las retribuciones del colectivo militar es menos prioritaria que otras situaciones de mayor emergencia social.

Soluciones contra los despidos a los 45 años

En cuanto a la salida de los militares temporales a los 45 años, ya han presentado un documento en el que solicitan al Ministerio de Defensa la ampliación automática del contrato de larga duración de Tropa y Marinería de las FAS hasta los 58 años.

Ponen el foco en que si la propia Administración del Estado trata de fomentar que las empresas apuesten por el empleo indefinido, es incoherente que a su vez despida a los militares de Tropa a los 45 años.

Justifican que es viable que los militares continúen más allá de los 45 años en los ejércitos, debido a que “gran parte de las necesidades militares, en paz y en guerra, están relacionadas con funciones administrativas y de apoyo”. A los militares de mayor edad se les podría destinar a esos puestos, revirtiendo la situación actual en que “con demasiada frecuencia se puede ver tropa y marinería muy joven ocupando puestos en destinos administrativos y de apoyo”.

Recuerdan también que las Fuerzas Armadas disponen de procedimientos que permiten comprobar la condición psicofísica del personal, más allá de su edad, por lo que la asignación de los destinos considerando el estado real de cada persona es manejable sin mayor dificultad.

Al mismo tiempo, reclaman a Defensa que se implique más en conseguir unos programas de formación y empleo que permitan a los militares dar el salto a la empresa privada y a otras profesiones. Y proponen que se reserven cupos en determinados empleos públicos para los militares, como una forma de reconocimiento de la sociedad a la labor realizada por los militares, personal que además ya ha demostrado claramente su compromiso con España y con la sociedad.

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