La mala conciencia de Ana Botella: docenas de familias viven hacinadas al ser forzadas a abandonar el poblado de Puerta de Hierro

Docenas de familias viven hacinadas tras acoger a sus familiares, al ser desalojados forzosamente del poblado de Puerta de Hierro, en un proceso de clara violación de sus derechos humanos, que debe haber producido un sentimiento de mala conciencia a la señora Botella, alcaldesa de Madrid.

A principios de los años 60, no anteayer, docenas de familias carentes de recursos para acceder a una vivienda de mercado, se fueron instalando en un solar de la zona de Puerta de Hierro de Madrid, y allí construyeron los cimientos de su futuro vital, nacieron sus hijos y nietos. Hasta que el alcalde Gallardón decidió en 2010 iniciar el derribo del poblado y expulsar a sus moradores. Realojando únicamente a parte de ellos y obligando a los más jóvenes a acinarse en casa de sus familiares o malvivir en furgonetas.

La señora Botella ha concluido el trabajo iniciado por su antecesor, derribando la última vivienda y un edificio de culto el pasado día 26 de febrero. Ahora debería limpiarse la mala conciencia realojando a estas personas, devolviéndoles la dignidad y los derechos humanos arrebatados por las "excavadoras políticas".

 

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