Soy interina, no sé si me van a llamar y, si me contratan, no cobraré lo que he trabajado este verano
Yo soy una de esas personas “afortunadas” que trabajarán en la enseñanza pública casi seguro. Digo “casi seguro” porque hago la número 2 en las listas de interinos de las que formo parte, y porque sé que hay horas suficientes para que yo fuera una a las que le adjudicaran vacante desde principio de curso. En el ciclo de FP donde trabajaremos, faltan a día de hoy dos profesores técnicos y dos superiores, día que por cierto ha sido la presentación del curso. Tanto con mi compañero “nº1” como yo, “nº2” se está contando para hacer los horarios, para repartirnos las asignaturas que impartiremos este curso. Pero cuál es mi sorpresa que no nos llaman, Intentamos hablar con delegación que acuden al automatismo de “se empieza a llamar mañana”. Este lunes 17 de septiembre se recibió a los alumnos y con las mismas se les mandó a casa porque aún faltaban profesores y equipos informáticos sin los cuáles sería absurdo estar en clase.
Vivo con la incertidumbre desde el 7 de septiembre que me dieron de baja si voy a trabajar y si así fuera, dónde. Por si el lector no está al tanto les aclararé cuáles son mis sospechas, si me llaman el viernes para incorporarme el lunes (día oficial de comienzo de curso para los alumnos que oficialmente empezaron el 17), no cobraré el verano, ni cotizaré a la seguridad social, ni acumularé esos puntos que me corresponden para la oposición. Así mismo los alumnos se encontrarán a una profesora descentrada porque probablemente no tenga un lugar donde organizarse, llamémoslo hogar. En definitiva, pagan alumnos (viva la calidad de la enseñanza pública) y pagamos interinos.
