El Wi-Fi en la calle solo llega a 6 millones de españoles pese a ser líderes en Europa

España recupera impulso en el plano tecnológico gracias a los fondos europeos con los que miles de ayuntamientos españoles han conseguido poner en marcha nuevas redes públicas de Wi-Fi gratuitas repartidas a lo largo y ancho del país.

Combatir y, si es posible, cerrar la brecha digital es el gran objetivo al que aspira la Comisión Europea con el proyecto WIFI4EU.  Una plan ideado hace año y medio entre los pasillos de Bruselas y que finaliza esta semana.  

Una hoja de ruta dividida en cuatro tramos de camino que se han ido recorriendo a medida que pasaban los meses y que el coronavirus ha conseguido doblegar en algunos casos.  

Cuatro grandes convocatorias para promover el libre acceso de los europeos a la conectividad Wifi en las calles, parques y plazas de millones de pequeños municipios, pero también cientos de grandes y medianas ciudades que han conseguido hacerse con un paquete de ayudas. 

Balones de oxígeno de 15.000 euros.  Esa ha sido la oferta europea a por la que los ayuntamientos tenían que ‘lanzarse’.  Según fuentes de Confidencial Digital en la Comisión Europea los municipios españoles son los que más dinero se han llevado de los 27 socios comunitarios.  En total en España han caído más de 16 millones de euros a repartir entre 1.093 municipios. 

Castilla y León, Cataluña y la Comunidad de Madrid han sido las regiones donde mayores cuantías de fondos europeos se han recibido.

El sistema era sencillo. A una hora concreta de un día específico se abría una página de inscripciones en la que los ayuntamientos debían enviar sus solicitudes a la mayor brevedad posible. El sistema se basaba en la concurrencia competitiva, es decir, el primero que llegaba se quedaba con la ayuda y así hasta que se acababan los bonos licitados para cada una de las convocatorias.

Posteriormente cada ayuntamiento debía de subastar las instalaciones a empresas locales de la comarca que llevaban a cabo la instalación y puesta en marcha de los equipos.  A cambio se les daba un bono que ellos mismos debían remitir a la Comisión Europea, quien era la encargada de satisfacer cada una de las facturas. De esta forma en Bruselas se aseguraban que el dinero fuera directamente desde las arcas comunitarias hasta las cuentas de las empresas que habían llevado acabo la instalación.  

Una medida con la que se evitaba el extravío de fondos, aseguran estas fuentes europeas a ECD, ya que en ningún momento los ayuntamientos tenían permitido el acceso al dinero.

Si bien el total de la población ‘agraciada’ con estas nuevas redes Wi-Fi instaladas en las calles es apenas un 13% del total del país, unos 6,11 millones de españoles, desde la Comisión Europea confirman a Confidencial Digital que el proyecto sigue en pie y que en los próximos meses se anunciarán nuevas convocatorias.

El éxito burgalés

Entre los miles de municipios españoles que han recibido estos bonos destaca el ejemplo de la localidad burgalesa de Villarcayo de Meridad de Castilla La Vieja.  Un municipio con apenas 4.000 habitantes repartidos en 27 pedanías situado en el norte de la provincia de Burgos y que ha sido escogido por la Comisión como el ejemplo paradigmático exportable al resto del continente. 

Un territorio geográfico muy amplio con núcleos de población de pocos habitantes que con apenas 15.000 euros han conseguido instalar 42 puntos de señal Wi-Fi, cuando la media roza los 12, en parques, plazas e incluso en la ribera del río que parte en dos al pueblo. 

Adrián Serna, alcalde de Villarcayo, asegura a Confidencial Digital que toda la inversión hecha en este proyecto ya está amortizada, apenas unos meses después de su puesta en marcha.

Los vecinos del pueblo dicen estar ‘contentos’ con la iniciativa que utilizan tanto jóvenes como los habitantes de la tercera edad para conectarse a Whatsapp o consultar la prensa digital.

La única queja reside en la baja señal que aseguran los vecinos se recibe en los hogares.  Demandas que el consistorio confirma a ECD, pero que admite no poder solventar ya que la normativa de la CNMC, dicen, no permite dar señal ni cobertura telefónica en lugares privados.

El desastre de Gowex

Recordemos que España ya contó en su momento con un programa de desarrollo de wi-fi gratuito en las calles que pese a su éxito inicial no llegó a buen puerto.  Fue el caso Gowex.

Una empresa creada por un emprendedor madrileño, Jenaro García, que en 2014 se vino abajo tras la publicación de un informe de análisis de Gotham City Research en el que se especificaba que la empresa, uno de los grandes hitos económicos de la última década, en realidad, no valía nada. 

A pesar de haber declarado unos beneficios de 182,6 millones de euros en 2013 un año después se descubrió que la empresa ni siquiera costaba un euro.  Una compañía que le valió a su fundador, Jero, el sobrenombre de el hombre del Wi-Fi y que, todavía a la espera de juicio, se enfrenta a delitos de falsedad en documento mercantil, fraude de inversores, apropiación indebida, fraude a los presupuestos de la Unión Europea y uso de información relevante bursátil.

En la primavera de 2014 Gowex llegó a valer 2.000 millones de euros en bolsa, sin embargo, el 90 % de los ingresos que declaraban eran falsos.  Con el único objetivo de lograr financiación se fue engrosando una bola de deudas que dejaron a merced del temporal y con pérdidas millonarias a miles de accionistas que habían confiado en esta empresa que por aquel entonces cotizaba en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) de la Bolsa de Madrid.